Un sorbito de Cuba
La sala Montacargas ofrece esta semana una degustaci¨®n de la cultura caribe?a
Y la cosa se puso buena y acab¨® ?o de pinga. Marta Vald¨¦s, cantante cubana de 63 a?os, y Martirio terminaron entonando a d¨²o el martes un bolero de lo m¨¢s dulce y triste al mismo tiempo. Fue una verdadera noche de fling (anglicismo que usan los cubanos y proviene de la palabra feefing, sentimiento). El motivo e la simbiosis de voces fue la celebraci¨®n de la semana cubana ue organiza la sala Montacaras hasta el domingo.La actuaci¨®n de Vald¨¦s reni¨® en el Montacargas a una peque?a parte de la gran familia cubana que vive en Madrid. "Estamos todos dispersos por la ciuada pero cuando hay algo de nuestra tierra, una actuaci¨®n musical como la de hoy (por el mares noche) o una exposici¨®n de pintura, nos reunimos todos y lo asamos b¨¢rbaro", coment¨® Wendy Navarro, cr¨ªtica de arte ubana, que vive en Madrid desde hace siete meses.
Su puro (padre para los cubanos), Perub¨ªn Navarro, dise?ador de cine que trabaja temporalmente en Madrid, explic¨® durante el concierto: "La comunidad cubana se nuclea a la m¨¢s m¨ªnima excusa. Hoy estamos aqu¨ª muchos compatriotas para ver a Marta Vald¨¦s, una de las m¨¢s grandes cantantes de nuestra tierra".
La sala Montacargas es un local alternativo donde se organizan cert¨¢menes interculturales. "Aqu¨ª se les da bola tanto a artistas que est¨¢n de paso como a los que viven en Madrid. Organizamos fiestas guineanas, irlandesas y hasta ¨¢rabes. Hay desde teatro hasta m¨²sica celta y, los domingos (a las 18.00 horas), teatro infantil", explic¨® Manuel Fern¨¢ndez, uno de los socios del local.
"El murmullo de la gente me asust¨® antes de salir al escenario. Pero escuchar un ?ol¨¦! cantando un bolero es la gloria y ya se me ha pasado el susto", dijo Vald¨¦s durante su actuaci¨®n. El ol¨¦ lo grit¨® su amiga la cantante Martirio que escuchaba desde el p¨²blico y acab¨® en el escenario cantando con Vald¨¦s."?Quieren que les cuente la historia del pr¨®ximo bolero?", pregunt¨® Vald¨¦s a un p¨²blico que beb¨ªa mojitos. Tras la respuesta afirma tiva, Vald¨¦s narr¨® la historia de un escritor cubano, Jos¨¦ Jacinto Milan¨¦s que se enamor¨® de su prima y ella le rechaz¨®. ?l prometi¨® no volver a hablar jam¨¢s pero no pudo cumplirlo porque, al do blar una esquina en la Habana, se encontr¨® con ella de sopet¨®n y se le escap¨® el nombre de su ama da: Isa. As¨ª concluy¨® Vald¨¦s su actuaci¨®n, con el p¨²blico en el bolsillo.
Sala Montacargas. Antill¨®n, 19. Tel¨¦fono 526 1173
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