El hombre que hizo visible el mundo submarino
Jacques-Yves Cousteau ha muerto a los 87 a?os de edad, emulando a los fil¨®sofos, historiadores o ge¨®grafos de la antigua Grecia a los que tanto admiraba. Y no s¨®lo por su longevidad, sino por su talante inquieto que le llev¨® a ser, casi al mismo tiempo, militar, ocean¨®grafo, cinemat¨®grafo, inventor e ingeniero. Ha vivido una larga y prol¨ªfica vida dejando, para el disfrute de muchos, un legado de informaci¨®n y divulgaci¨®n de la vida marina y los problemas a los que se enfrenta.Al igual que F¨¦lix Rodr¨ªguez de la Fuente dej¨® una huella en nuestra mente, haciendo que vi¨¦ramos al lince, al lobo o al lir¨®n careto casi como nuestros vecinos, Cousteau ha conseguido hacer visibles a miles de criaturas que siempre han permanecido en el anonimato por encontrarse bajo un manto de toneladas de agua.
Tambi¨¦n, como ocurre con toda persona prol¨ªfica y polifac¨¦tica, recibi¨® cr¨ªticas por la forma en que consigui¨® algunas de las im¨¢genes de sus documentales, por el escape del alga asesina del Museo Oceanogr¨¢filco de M¨®naco cuando ¨¦l era el director o por su ambig¨¹edad, durante muchos a?os, con respecto a las pruebas nucleares que realizaba Francia.
Pero sus aportaciones al conocimiento del mar y en otros muchos campos, al contrario de otros personajes de tales caracter¨ªsticas, s¨ª han sido reconocidas en vida. En su historial se encuentran varios Oscars, premios de Cannes, ser miembro de las Academia francesa, fundador del Grupo de Investigaciones Subacu¨¢ticas de Toul¨®n, etc.
Ha sido el padre del submarinismo moderno, de la sensibilizaci¨®n sobre el estado de los oc¨¦anos y de gran parte de la investigaci¨®n oceanogr¨¢fica. Su barco, el Calypso, ha pasado a la historia de la navegaci¨®n rivalizando con otros como el Capit¨¢n Cook o el Endeavour.
Parece incre¨ªble que muchos de aquellos utensilios y aparatos que utilizamos de manera cotidiana en nuestro contacto con el mar hayan podido salir de la mente y decisi¨®n de una sola persona: las botellas de ox¨ªgeno, las aletas de buceo, el batiscafo, las c¨¢maras submarinas, las estaciones subacu¨¢ticas, los barcos de propulsi¨®n e¨®lica, etc. Y en la mayor¨ªa de las ocasiones ¨¦l fue su propio conejillo de indias con el que experimentaba los inventos y mejoras que introduc¨ªa en los equipos de inmersi¨®n. De hecho, fueron varios los accidentes que tuvo que sufrir, mientras a¨²n compaginaba su pasi¨®n por la cinematograf¨ªa y los mares con la carrera militar, a causa de estas pruebas pero, por suerte, ninguno nos privo de su fruct¨ªfera vida. Ni siquiera el importante accidente de circulaci¨®n que sufri¨® a los 25 a?os y que da?¨® sus brazos. Por el contrario, la fatalidad s¨ª nos priv¨®, en un desgraciado accidente, de su hijo Philippe Cousteau, una persona casi predestinada a seguir los pasos de su padre.
A pesar de haber realizado diferentes trabajos sobre los grandes r¨ªos, especialmente durante los ¨²ltimos 15 a?os, su imagen queda fusionada a los mares; los arrecifes de coral las grandes ballenas, el Mediterr¨¢neo, la Ant¨¢rtida...
Como gran defensor de los oc¨¦anos se pronunci¨® repetidamente contra el vertido de residuos t¨®xicos al mar, contra la sobreexplotaci¨®n pesquera, en favor de la conservaci¨®n de la Ant¨¢rtida y, en los ¨²ltimos a?os, contra la realizaci¨®n de pruebas nucleares en la Polinesia francesa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.