Justa rectificaci¨®n
EL TRIBUNAL Superior de Justicia del Pa¨ªs Vasco ha anulado el veredicto del jurado que absolvi¨® en marzo al militante de Jarrai Mikel Otegi del asesinato de dos agentes de la Ertzaintza. Este fallo cancela al menos la manifiesta injusticia de aquella primera sentencia y restituye el caso al momento anterior al juicio. Un jurado compuesto por ocho mujeres y un hombre, sometido a un clima social nada propicio para una valoraci¨®n serena y ecu¨¢nime del crimen, exoner¨® en San Sebasti¨¢n al homicida de toda responsabilidad al favorecerle con la eximente de trastorno mental transitorio provocado por el alcohol.Poco importa, a efectos de la justicia material, que el motivo de tan escandaloso veredicto fuera una defectuosa transmisi¨®n de las instrucciones al jurado por parte del magistrado-presidente del tribunal o el instinto de autoprotecci¨®n de alguno de los jurados ante el ambiente de coacci¨®n creado en Guip¨²zcoa por los violentos en las jornadas previas al juicio. Lo sustancial fue que el autor confeso de la muerte de los dos ertzainas qued¨® en libertad y su crimen sin castigo. El Tribunal Superior ha reparado moment¨¢neamente este absurdo al estimar dos motivos de nulidad presentados por el fiscal y la acusaci¨®n particular: k. indebida apreciaci¨®n de la irresponsabilidad de Oteg: por supuesta alteraci¨®n de sus facultades mentales en el momento del crimen y, sobre todo, la falta de motivaci¨®n del veredicto absolutorio.
El tribunal de apelaci¨®n ha desestimado, sin embargo, la otra causa principal de impugnaci¨®n, la violaci¨®n del derecho a un juicio justo por intimidaci¨®n del jurado. Y lo ha hecho con un argumento cuando menos discutible. No parece coherente admitir que, antes del juicio y durante su desarrollo, existi¨® una elevada "tensi¨®n ambiental" que lleg¨® a trasladarse al "interior del jurado", para desestimar acto seguido que hubiera intimidaci¨®n, porque para ello se exigir¨ªa una amenaza de car¨¢cter grave e inminente. Sostener esto es desconocer la naturaleza de la coacci¨®n que practica ETA y su entorno civil. Como no es plausible que unos jueces que trabajan en el Pa¨ªs Vasco lo ignoren, hay que concluir que los magistrados del Tribunal Superior han elegido el aspecto m¨¢s t¨¦cnico de los recursos para corregir una sentencia que provoc¨® el estupor general.
Dicho esto, la argumentaci¨®n aducida por el tribunal es t¨¦cnicamente impecable y tiene muy s¨®lidos fundamentos jur¨ªdicos para concluir que la absoluci¨®n de Mikel Otegi estuvo viciada por la ausencia de una motivaci¨®n fundada, por parte del jurado, de los hechos en los que se bas¨® el veredicto.
Ahora, como ha dicho el abogado de las familias de los dos ertzainas asesinados, se ha ganado una batalla, pero todav¨ªa queda un largo camino procesal. Es seguro que la defensa de Otegi recurrir¨¢ la nulidad ante el Tribunal Supremo, y si el fallo le vuelve a ser desfavorable, ante el Tribunal Constitucional. Por otro lado, hay motivos para pensar que en el nuevo juicio ordenado por el tribunal se corrijan los aspectos t¨¦cnico jur¨ªdicos impugnados ahora, pero no la presi¨®n ambiental sobre los jurados.
El tribunal no se ha pronunciado sobre una cuesti¨®n planteada por algunos: la procedencia o no de que casos no directamente vinculados con el terrorismo, pero relacionados ambientalmente con ¨¦l, sean juzgados por un jurado. Es una cuesti¨®n que queda pendiente por ahora. Porque el car¨¢cter del crimen y todo el entorno del caso tienen muchas de las caracter¨ªsticas que en su d¨ªa se tuvieron en cuenta para crear la Audiencia Nacional. Como otros muchos casos de terrorismo difuminado, pero motivado por el discurso de ETA y sus c¨®mplices y, por tanto, susceptible de ser utilizado por ¨¦stos.
Pero, en todo caso, lo importante ahora es que la justicia ha comenzado a rectificar algo m¨¢s que un error escandaloso. Aunque el autor del doble crimen siga impune y su libertad genere la l¨®gica indignaci¨®n.
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