Hablar con los bebes desarrolla su mente
Las bases para el pensamiento racional se crean en el primer a?o de vida
(NYT)Las bases neurol¨®gicas para el pensamiento racional, la resoluci¨®n de problemas y el razonamiento en general ya est¨¢n establecidas en gran parte a la edad de un a?o, mucho antes de que los beb¨¦s den se?ales de saber diferenciar una abstracci¨®n de un chupete. A¨²n m¨¢s, nuevos estudios han demostrado que el lenguaje oral tiene un impacto sorprendente en el desarrollo cerebral del ni?o. De hecho, seg¨²n algunos investigadores, el n¨²mero de palabras que un ni?o escucha cada d¨ªa es el ¨²nico y m¨¢s importante factor para predecir la futura inteligencia, el ¨¦xito escolar y competencia social. Con una condici¨®n: las palabras tienen que venir de un ser humano atento y afectuoso. Por lo que se ha podido deducir hasta ahora, la radio y la televisi¨®n no funcionan.
Patricia Kuhl, neurocient¨ªfica de la Universidad de W¨¢shington en Seattle afirma: "Sabemos que las conexiones nerviosas se producen a una edad muy temprana y que el cerebro del ni?o espera literalmente a que las experiencias determinen c¨®mo se hacen dichas conexiones. Hasta hace muy poco no nos hab¨ªamos dado cuenta de lo pronto que empieza este proceso. Por ejemplo, a la edad de seis meses, los ni?os ya han aprendido los sonidos de su lengua materna".
Familias comunicativas
Esta visi¨®n relativamente nueva del desarrollo del cerebro infantil tiene obviamente implicaciones sociales y pol¨ªticas. Sugiere que la persona responsable del cuidado de los ni?os y de los beb¨¦s no s¨®lo tiene que ser carinosa, sino tambi¨¦n habladora y capaz de expresarse con claridad; y que una familia m¨¢s comunicativa aumentar¨¢ las posibilidades de ¨¦xito del ni?o. Es un desaf¨ªo a algunas creencias arraigadas: que para desarrollarse intelectualmente los ni?os s¨®lo necesitan recibir mucho amor y que cualquier esfuerzo dirigido a influir intencionadamente en el desarrollo cognitivo de los beb¨¦s es perjudicial.
Seg¨²n Irving Lazar, profesor de educaci¨®n especial en el Centro de Investigaci¨®n del Desarrollo Humano de la Universidad de Vanderbilt, en Nashville (Tennessee), puesto que el periodo que transcurre desde el nacimiento hasta la edad de tres a?os es crucial, los padres pueden desempe?ar, un papel m¨¢s decisivo en el desarrollo intelectual del ni?o que los profesores, lo que ciertamente provocar¨¢ nuevos debates sobre la responsabilidad de los padres. Y constituye un motivo m¨¢s para que los ni?os cuyos padres trabajan reciban unos cuidados diarios estimulantes y de alta calidad, lo que resulta inevitablemente caro.
Seg¨²n el Harry Chugani, pediatra neur¨®logo de la Universidad Estatal de Wayne, en Detroit, y uno de los cient¨ªficos cuyas investigaciones han arrojado m¨¢s luz sobre los periodos decisivos en el desarrollo del cerebro infantil, la idea de que las experiencias a una edad temprana son las que sientan las bases del potencial humano no es nueva. Lo que s¨ª es nuevo es el alcance de la investigaci¨®n en el campo conocido como neurociencia cognitiva y la s¨ªntesis resultante de los descubrimientos en cuanto a la influencia de la naturaleza y de la formaci¨®n.
Antes del nacimiento, parece que son los genes los que desempe?an un papel predominante en la forma en que el cerebro establece los patrones de conexi¨®n b¨¢sicos. Las neuronas crecen, viajan a sectores vecinos determinados y esperan futuras instrucciones. Sin embargo, despu¨¦s del nacimiento parece que prevalecen los factores ambientales. Un estudio reciente revel¨® que los ratones expuestos a un entorno m¨¢s rico ten¨ªan m¨¢s c¨¦lulas cerebrales que los ratones que se hab¨ªan criado en unas condiciones menos estimulantes intelectualmente. En el caso de los humanos, el sucesivo fluir de formas, sonidos, ruidos, olores, contactos y, lo m¨¢s importante, el lenguaje y el contacto visual, configuran literalmente el cerebro. Es un concepto radical y chocante. Seg¨²n Esther Thelen, neurobi¨®loga de la Universidad de Indiana, en Bloomington, las experiencias del primer a?o de vida dan forma a las redes de neuronas que nos permiten ser inteligentes, creativos y adaptables en los a?os futuros.
El cerebro es un sistema que se autoorganiza y cuyas partes cooperan para lograr un comportamiento coherente. No existe un programa principal que lo organice todo, sino que m¨¢s bien son las partes las que se autoorganizan. "Lo que sabemos de estos sistemas es que son muy sensibles a las condiciones iniciales", dijo Thelen. "Donde est¨¢s ahora depende de d¨®nde hayas estado antes".
Seg¨²n Charles Stevens, neurobi¨®logo de Salk Institute, en La Jolla, Califonia, lo que nos hace ser inteligentes, creativos y adaptables en la vida futura son las redes de neuronas que apoyan nuestra capacidad para utilizar las abstracciones a partir de la memoria, formar nuevas ideas y resolver problemas. Los m¨¢s inteligentes pueden tener un n¨²mero mucho mayor de neuronas entretejidas m¨¢s intricadamente, un proceso que empieza el primer a?o. Para Lazar, la complejidad de la red sin¨¢ptica establecida a una temprana edad. Podr¨ªa muy bien constituir la base f¨ªsica de lo que denominamos inteligencia general.
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