'Can¨ªbal' Tyson
El ex campe¨®n del mundo de boxeo arranc¨® de un mordisco parte de una oreja a Holyfield en Las Vegas
El boxeo adquiri¨®, la noche del s¨¢bado en Las Vegas, su punto ¨¢lgido de barbarie, pero con otra variante. El denominado por en¨¦sima vez combate del siglo, la revancha entre el campe¨®n de los pesos pesados, Evander Holyfield, y el aspirante, Mike Tyson, no termin¨®, como cab¨ªa esperar, con alguno de los dos viendo las estrellas de Nevada, sino con la descalificaci¨®n del ex convicto Tyson. La sangre volvi¨® al cuadril¨¢tero, pero esta vez no fue s¨®lo por una brecha en la ceja derecha de Tyson, algo que ser¨ªa habitual sino por un trozo de oreja arrancado de un mordisco a Holyfield, hecho ins¨®lito en la dura y turbia historia del. boxeo. La teor¨ªa para justificar el salvajismo de que los boxea dores se quieren con locura, a pesar de in tentar destrozarse en el cuadril¨¢tero, qued¨® hecha trizas o trozos, m¨¢s bien. Y en el ambiente m¨¢s. so nado, nunca mejor dicho. La pelea en el Grand Arena del casino MGM recaud¨® un r¨¦cord de 30.000 millones de pesetas, con m¨¢s de 5.000 para Holyfield y algo menos para Tyson, Aspecto de la oreja herida de Holyfield, tras el combate. si es que logra cobrarlos, pues su bolsa qued¨® re tenida y se abrir¨¢ el 1 de julio una investigaci¨®n.Faltaban 39 segundos para terminar el tercer asalto. Holyfield toc¨® una vez m¨¢s con su cabeza la ceja ya abierta de Tyson por otro golpe a poco de iniciarse el asalto anterior. No era la primera vez, pues el aspirante- derrotado por KO t¨¦cnico el 9 de noviembre- ya se hab¨ªa quejado de los cabezazos de su rival. Holyfield, pese a su fama de mejor deportista, ha utilizado esta ma?a aunque es m¨¢s alto -1,89 metros, frente a 1,81-, para protegerse de los golpes al entrar con la cabeza baja. Tyson, indignado tambi¨¦n porque ya una herida en la zona durante sus entrenamientos le hab¨ªa obligado a aplazar la pelea el 3 de mayo, aprovech¨® entonces el roce para morder la oreja derecha de Holyfield. Le arranc¨®- un trozo y lo escupi¨®. El campe¨®n, dolido, comenz¨® a dar saltos y cuando se puso de espaldas, se?al¨¢ndose la oreja ensangrentada, Tyson le empuj¨® en un gesto que definir¨ªa despu¨¦s: "Si yo tengo que pelear sin un ojo, t¨² puedes hacerlo sin una oreja". Aquello no se trataba ya de matar s¨®lo neuronas cerebrales- o de traumas craneoencef¨¢licos, que pueden pasar factura en cualquier momento -como hace una semana, cuando muri¨® un p¨²gil in gl¨¦s-, sino de una aut¨¦ntica carnicer¨ªa.
Tras los momentos de sorpresa, el combate se reanud¨® con dos puntos de sanci¨®n para Tyson y una fiereza infinita. El aspirante, m¨¢s cauto que otras ve ces, reaccionaba ante el mejor comienzo del campe¨®n. Se jugaba su futuro. Otra derrota ser¨ªa su fin. Era una fiera y, des pu¨¦s de otro roce de la cabeza de Holyfield contra su brecha, volvi¨® a morderle, esta vez en la oreja izquierda, aun que sin hacerle sangre. La descalificaci¨®n, aun con la su puesta provocaci¨®n, era un hecho. Y Tyson, en otro ejemplo de que ni perdonaba ni olvidaba, in tent¨® por, dos veces agredir a Holyfield y a un polic¨ªa. Un em pleado de limpieza dijo haber encontrado despu¨¦s el trozo de oreja arrancado, pero, no se conoce si se le pudo reimplantar al campe¨®n en el hospital. Es posible que la sanci¨®n a Tyson sea muy dura. Es el malo de la pel¨ªcula y se le nota: Pero tambi¨¦n es una mina de oro que dif¨ªcilmente el promotor Don King querr¨¢ dejar de explotar. Ahora, a la dureza de sus pu?os ha unido sus afilados dientes de plata.
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