Gobierno laico
EL NUEVO Gobierno de coalici¨®n entre dos partidos de la derecha y uno de la izquierda, que ha formado en Turqu¨ªa el conservador Mesut Yilmaz, refleja una mayor¨ªa parlamentaria laica. Nace lleno de contradicciones internas, pero unido en un objetivo: arrojar del poder a los fundamentalistas isl¨¢micos, que lo compart¨ªan con el Partido de la V¨ªa Recta de Tansu ?iller. Era aqu¨¦lla una asociaci¨®n contra natura, pues el islamista Partido de la Prosperidad (Refah) de Erbakan buscaba socavar las bases del Estado laico, y ?iller protegerse contra los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n que la abruman.Por estas razones, el nuevo Ejecutivo podr¨ªa haberse formado hace un a?o como resultado de las ¨²ltimas elecciones, pero todav¨ªa no hab¨ªa en Turqu¨ªa sensaci¨®n de crisis o peligro para el Estado laico, ni hab¨ªa comenzado la fuga de diputados del partido de ?iller hacia otras formaciones. Cabe objetar que el nuevo Gobierno se haya formado bajo la presi¨®n de un golpe fr¨ªo de los militares, que han exigido la salida de los islamistas del poder.
Esta din¨¢mica no est¨¢ exenta de peligros. Puede acabar llevando no s¨®lo a una mayor radicalizaci¨®n de los islamistas por su aislamiento -a pesar de que su partido sea, con un 21%, el m¨¢s votado en las elecciones-, sino a que el pa¨ªs se vea abocado con el tiempo a tener que elegir entre fundamentalismo y democracia. Una elecci¨®n diab¨®lica contra la que deber¨ªa servir de vacuna lo ocurrido en Argelia en estos a?os.
Los militares y gran parte de la sociedad civil temen que el crecimiento del poder de los islamistas en todos los ¨¢mbitos acabe cuestionando el legado c¨ªvico y modernizador de Ataturk. No cabe olvidar que el islamismo pol¨ªtico ha crecido en Turqu¨ªa impulsado en parte por los propios militares en el poder a principios de la pasada d¨¦cada, en su intento de frenar a la izquierda y a los movimientos kurdos.
A este islamismo no se le combate con bayonetas, sino con m¨¢s dedicaci¨®n a las necesidades de su poblaci¨®n. Si en las pr¨®ximas elecciones, que Yilmaz ha pro,metido para la primavera de 1998, los islamistas vieran aumentar su voto, ?qu¨¦ ocurrir¨¢? Turqu¨ªa es un pa¨ªs de doble tradici¨®n: la laica de Ataturk y la isl¨¢mica de un pa¨ªs sociol¨®gicamente musulm¨¢n. El verdadero reto para Turqu¨ªa es llegar a compaginar ambas perspectivas de forma complementaria, y no enfrentada.
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