Espa?a tutea al campe¨®n

Tutear a los campeones de Europa y favoritos del torneo es un privilegio no por extendido -Italia les gan¨® y Croacia perdi¨® ante ellos la v¨ªspera por un monumental triple del jugador del Barcelona Djoroljevic a falta de cuatro segundo para finalizar el encuentro- menos valorable. Espa?a lo hizo. Fue el del equipo espa?ol un partido muy ilustrativo de sus posibilidades siempre basadas en su defensa y que le dan derecho a creer con fundamento en un resultado global cuanto menos satisfactorio en uno de los europeos m¨¢s abierto de los ¨²ltimos a?os.Yugoslavia no es la m¨¢quina que se esperaba y se tem¨ªa. La ausencia de Divac es fundamental. El hueco dejado por el p¨ªvot de los Charlotte Hornets -el equipo de la NBA- es un pozo sin fondo en la chistera del conjunto que entrena Zeljko Obradovic, t¨¦cnico del Real Madrid hasta la ¨²ltima temporada disputada de la Liga espa?ola. M¨¢s a¨²n cuando las faltas dejan a medio rendimiento a Savic. Le faltan kilos y envergadura bajo el aro a los yugoslavos y experiencia.

La defensa

Es por all¨ª por donde Espa?a se gan¨® la vida en una jornada tan importante como la que se disput¨®. Ya puso tapones Rebraca, ya se hizo respetar mientras estuvo en la pista Savic pero la fuerza de choque espa?ola, con Due?as y Reyes a la cabeza, le dio a Espa?a los puntos que sus aleros no le dieron. Es el problema espa?ol agravado ayer por la ausencia de Herreros, convaleciente del codazo que le propin¨® el d¨ªa anterior un jugador polaco.Pero el verdadero motor de la selecci¨®n espa?ola, su alma si se quiere, es la defensa. En ella se atrincher¨® para pasar lo peor del temporal, cuando los aleros yugoslavos mareaban con sus constantes permutas, cortes por la zona y salidas de bloqueos directos y dobles bloqueos. Smith y Angulo "mor¨ªan" en su vano in tento de atrapar a Loncar y Bodiroga. Los yugoslavos dominaron los espacios desde la cueva hasta el firmamento. Si el estropicio no fue mayor fue porque no acaban de carburar: 15-22. Pero la cosa se pon¨ªa ya fea de entrada. Pero Lolo reorganiz¨® la defensa, Esteller relev¨® a Angulo y Espa?a, recuperada su f¨¦rrea defensa, les endos¨® a los yugoslavos un parcial de 19-4 despu¨¦s de que Savic sumara su tercera falta: 34-26. Fueron providenciales los lanzamientos exteriores en esa fase de Nacho Rodr¨ªguez, el ¨²nico artillero que con sus puntos oxigen¨® la colosal labor de Reyes y Due?as. Yugoslavia devolvi¨® en parte el parcial, 35-39 al descanso, pero Espa?a estaba en el partido.

Fue el tiro exterior del conjunto yugoslavo el que arruin¨® las posibilidades de los hombres de Lolo Sainz en el segundo tiempo. No es que fueran excesivos -s¨®lo tres triples y otros tres tiros desde fuera de la zona- pero los aciertos desde el exterior dejaron en evidencia que la defensa espa?ola s¨®lo sobreviv¨ªa ya a base de encerrarse excesivamente en s¨ª misma.

Due?as, que no hab¨ªa sido dosificado por Lolo Sainz en el primer tiempo, cometi¨® la cuarta falta a las primeras de cambio, y desde entonces ya no volvi¨® a reaparecer en la cancha. Reyes tambi¨¦n acab¨® por desquiciarse de tanto como se estrell¨® contra el muro yugoslavo. Pero el equipo espa?ol se aferr¨® a su suerte. Angulo y Smith encontraron los huecos que no se les hab¨ªa concedido en el primer tiempo y mantuvieron con vida a la selecci¨®n hasta que quedaban poco m¨¢s de dos minutos y medio para el final del encuentro: 67-7.3. Es cierto que Espa?a siempre fue a remolque en el resultado pero por ello fue m¨¢s meritorio su labor de zapa.

El de ayer, en cualquier caso, fue un partido m¨¢s importante de cara alas sensaciones futuras de los jugadores que a efectos clasificatorios. Espa?a qued¨® en ¨¦l tercer puesto del grupo y Yugoslavia en el segundo lugar pero los rivales en el cruce de cuartos de final, Lituania o Rusia, tampoco tienen un nivel tan diferente y potente como para haber preferido de antemano a uno u otro.

Las sensaciones, mientras, fueron satisfactorias. S¨®lo falta que se refrenden en el partido clave que se jugar¨¢ el pr¨®ximo viernes. Es ese partido el que marcar¨¢ la frontera de un buen o un discreto resultado en el torneo.