"Gald¨®s se lo gastaba todo en mujeres", dice Pedro Ortiz Armengol
El diplom¨¢tico recibe el Premio Fastenrath por su monumental biograf¨ªa del escritor
Entre las posesiones de Pedro Ortiz Armengol (Madrid, 1922) se encuentra el viejo piso madrile?o en el que supuestamente vivi¨® Fortunata. Se lo compr¨® hace 25 a?os a un panadero y todav¨ªa, aunque no vive en ¨¦l, lo conserva. Sin embargo, el escritor y diplom¨¢tico -que ha recibido el Premio Fastenrath de la Academia por su exhaustivo trabajo Vida de Gald¨®s- asegura que el estudio de Benito P¨¦rez Gald¨®s nunca ha sido una obsesi¨®n sino una tranquila "dedicaci¨®n" que naci¨® con la lectura de sus obras en el colegio.
La afici¨®n de Gald¨®s a las mujeres es uno de los terrenos en los que Ortiz Armengol ha logrado ampliar m¨¢s la biograf¨ªa del autor de Misericordia."Gald¨®s era un hombre muy alto y delgado, de cabeza peque?a y de aspecto muy descuidado", explica el bi¨®grafo. "Gan¨® much¨ªsimo dinero y todo se lo gastaba en mujeres. A todas les pon¨ªa un piso. Recuerdo que segu¨ª las cartas enviadas a una tal Conchita que me desorientaron durante mucho tiempo, hasta que finalmente descubr¨ª que el problema era que hab¨ªa dos Conchitas. ?Y simult¨¢neas! Curiosamente la vida privada de P¨¦rez Galdos, cuyo anticlericalismo era radical, jam¨¢s se aire¨®. Se respetaba, lo que dice mucho, y bueno, de la sociedad espa?ola de entonces".Sin embargo, para Ortiz Armengol, Gald¨®s no fue un hombre "dominado por las pasiones er¨®ticas" sino un hombre m¨¢s realista que rom¨¢ntico y "al servicio de la burgues¨ªa". Gald¨®s, supo mantener en la m¨¢s absoluta sombra su vida para que de ninguna manera pisara su obra.
Casi mil p¨¢ginas
Vida de Gald¨®s, publicada hace un a?o por Cr¨ªtica, es una biograf¨ªa de casi mil p¨¢ginas en la que Pedro Ortiz Armengol ha plasmado su devoci¨®n por Gald¨®s. Una biograf¨ªa en la que, seg¨²n los cr¨ªticos, "est¨¢ todo". "Es que sobre Gald¨®s ya no me queda nada que decir", a?ade el escritor, cuya afici¨®n al autor de los Episodios nacionales naci¨® de ni?o en el Instituto Escuela. "Todav¨ªa conservo los ejemplares que le¨ª entonces... Luego, de adolescente, me centr¨¦ en P¨ªo Baroja. Finalmente volv¨ª a Gald¨®s. Quer¨ªa dedicarme intensamente al estudio de un escritor y lo eleg¨ª a ¨¦l... Hoy, de toda su obra, mi favorita es sin duda Fortunata y Jacinta".Embajador de Espa?a en Filipinas entre 1981 y 1987 ("hasta mi jubilaci¨®n"), el escritor est¨¢ hoy volcado en la preparaci¨®n de conferencias y art¨ªculos sobre la conmemoraci¨®n del 98. En su despacho de Madrid, rodeado de su colecci¨®n de figuras de rinoceronte ("simbolizan la humanidad v¨ªctima de la fuerza salvaje") y de sus ordenadas fichas y libros sobre los temas a los que dedica desde hace a?os su tiempo ("Mi biblioteca sobre Filipinas. es una de las m¨¢s completas de Espa?a"), el diplom¨¢tico explica el fen¨®meno de la antigua colonia como el de un "mundo aparte" que nada tiene que ver con el de Cuba o Puerto Rico.
"Tengo muy viva la idea de que la Filipinas espa?ola del siglo XIX fue un mundo que no se ha repetido. No se pareci¨® a nada", explica Armengol, que prepara junto al escritor Arturo P¨¦rez-Reverte un gui¨®n cinematogr¨¢fico sobre los ¨²ltimos de Filipinas. "La Filipinas espa?ola, con todos sus defectos y errores, es una realidad absolutamente desconocida, cuando no tergiversada, por la Filipinas de hoy. Mis novelas sobre ese pa¨ªs son una reacci¨®n personal ante ese desconocimiento".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.