Peajes de capitan¨ªa
Soloz¨¢bal medita su marcha al Betis sabedor de que Antic le ha puesto una cruz
Radomir Antic no quiere a Soloz¨¢bal en el Atl¨¦tico. La salida del defensa es un objetivo prioritario en los planes del t¨¦cnico, decidido como est¨¢ a resquebrajar de arriba a abajo un vestuario que le ha resultado inc¨®modo en el ¨²ltimo curso. Y Soloz¨¢bal es el jefe de ese grupo. La cuesti¨®n ahora est¨¢ en saber si el jugador se agarrar¨¢ a su contrato en vigor para continuar en el equipo o, por el contrario, ante el oscuro panorama que se le avecina en el Atl¨¦tico, si aceptar¨¢ alguna de las ofertas que tiene encima de la mesa: Betis, Tenerife y Depor. La presencia de Luis Aragon¨¦s en el banquillo del Betis puede resultar decisiva en el desenlace.Soloz¨¢bal se fue de vacaciones sin noticias concretas de su futuro. Antic no le realiz¨® comentario alguno. Y el club, muy conciliador en el enfrentamiento t¨¦cnico-vestuario, aunque dejando claro su apoyo al entrenador, se limit¨® a comunicarle ofertas y a asegurarle que, en cualquier caso, la decisi¨®n final ser¨ªa suya.
Pese a la falta de informaci¨®n oficial, Soloz¨¢bal, de 27 a?os, sabe que no entra en los planes de Antic. No le perdona el serbio su papel en el vestuario. Y por eso, pese a que fue el t¨¦cnico el que hace tan s¨®lo un a?o promovi¨® su millonaria renovaci¨®n por tres temporadas, ahora lo quiere fuera. Paga Soloz¨¢bal varios peajes de capitan¨ªa: la negociaci¨®n de las primas (se acept¨® una subida del, 10% a cambio de anular las dietas, lo que indign¨® a los empleados que viajan con el equipo -utilleros, masajistas...- y no cobran primas), su presi¨®n para que el t¨¦cnico dejara de atosigar a Caminero, su negativa a que Esn¨¢ider fuera apartado del equipo... Antic contest¨® a todo con un acoso personal sobre el jugador.
Llegado un punto, Soloz¨¢bal perdi¨® la paciencia y se neg¨® a jugar de lateral ante el Barcelona. Amag¨® d¨ªas despu¨¦s con denunciar la persecuci¨®n del t¨¦cnico, pero se reprimi¨®, tal vez porque temi¨® que se iba a quedar solo en una batalla que afectaba a todos los jugadores. Ah¨ª firm¨® su sentencia. Vendi¨® al p¨²blico unas paces falsas con Antic, que se sinti¨® ganador. El futbolista aguant¨® con resignaci¨®n las posteriores muestras con las que el entrenador trat¨® de airear su victoria (le coloc¨® de nuevo de lateral izquierdo y se regode¨® de ello en conferencias de prensa). Antic supo entonces que hab¨ªa ganado la guerra: si hab¨ªa derrotado al jefe del vestuario, tumbar¨ªa tambi¨¦n a las dem¨¢s piezas.Soloz¨¢bal se ir¨¢ probablemente del Atl¨¦tico, el ¨²nico equipo que ha conocido en su carrera. Podr¨ªa agarrarse a su contrato en vigor, pero sabe que le aguardar¨ªa otro a?o tortuoso. El poder competitivo del Betis y la presencia en su banquillo de Luis, un t¨¦cnico con el que trabaj¨® muy a gusto en el Atl¨¦tico, le seducen. Ahora todo depende de la oferta econ¨®mica del Betis y de las condiciones de salida que le conceda el Atl¨¦tico.
Queda por saber si Soloz¨¢bal, una vez se fuera del Atl¨¦tico, relatar¨ªa con pelos y se?ales su enfrentamiento con Antic. No parece probable. Si no habl¨® en su d¨ªa, ya no lo har¨¢ fuera de hora.
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