Defensa de La Riviera

Asist¨ª al concierto de Mark Owen en la sala La Riviera, acompa?ando a mi hija, con cierto temor ante la avalancha que pod¨ªa encontrarme. Lo que viv¨ª no fue para nada lo que tem¨ªa. El personal, adem¨¢s de amable, era incansable y r¨¢pido.Las evacuaciones de las personas indispuestas eran inmediatas, tanto por parte de los empleados de la sala como por parte del personal sanitario (igualmente magn¨ªfico). En la sala cab¨ªa m¨¢s gente. S¨ª hubieran querido vender m¨¢s entradas, perfectamente podr¨ªan haberlo hecho y haber ganado m¨¢s. Hab¨ªa mucha gente, efectivamente, pero el punto conflictivo estaba en la mitad delantera de la zona central de la pista, frente al escenario, cosa l¨®gica, por otra parte, por que las fans quer¨ªan estar en primera fila.

All¨ª se produjeron todos los desmayos, provocados no s¨®lo porque ellas mismas se empujaban las unas a las otras, sino porque las que all¨ª estaban fueron las primeras en entrar para situarse lo m¨¢s cerca posible y llevaban horas de pie apretuj¨¢ndose, y porque que llevaban incluso d¨ªas, en la puerta de la sala, comiendo mal y durmiendo peor.

El resto de la sala estaba lleno, pero sin problemas y pudiendo circular. Por tanto, y si bien no quiero entrar en la pol¨¦mica de s¨ª sobrepasaron o no su aforo, porque exactamente no lo puedo saber (repito que, de querer, hubieran podido meter a bastante m¨¢s gente), quiero defender y felicitar desde aqu¨ª a La Riviera por su excelente y amable equipo, por su organizaci¨®n impecable y r¨¢pida.-