La 'trama' Perote
EL TRIBUNAL Militar Central dict¨® ayer una sentencia en la que condena a siete a?os de c¨¢rcel y la p¨¦rdida de su condici¨®n de militar al coronel Juan Alberto Perote, jefe de la Agrupaci¨®n Operativa del Cesid entre 1983 y 1991. El fallo debe ser acatado con satisfacci¨®n, puesto que castiga sin matices a quien rob¨® y revel¨® documentos secretos, con los que se ha condicionado la vida pol¨ªtica espa?ola en los ¨²ltimos a?os. La rotundidad de la sentencia no aclara, sin embargo, algunos de los puntos oscuros que restan de emerger en el denominado caso Perote: se desvela el delito, pero no el m¨®vil, m¨¢s all¨¢ de un gen¨¦rico "provecho" personal del condenado.El relato de los hechos probados explica minuciosamente c¨®mo Perote se apropi¨® de las microfichas del servicio secreto que conten¨ªan los llamados papeles del Cesid. Los argumentos del tribunal son contundentes para rebatir la inveros¨ªmil tesis del acusado de que se llev¨® los documentos "inadvertidamente": la sustracci¨®n fue el fruto de un plan premeditado, concebido con muchos meses de antelaci¨®n, que incluy¨® la microfilmaci¨®n de los informes y la destrucci¨®n de los originales, dos hechos de los que Perote no ha ofrecido una explicaci¨®n cre¨ªble y que ocult¨® a sus superiores.
Para llegar al convencimiento de esa premeditaci¨®n, el tribunal ha tenido muy en cuenta la declaraci¨®n prestada el 8 de febrero de 1996 por el propio Perote ante el juez Garz¨®n, a quien dijo que "evit¨® la destrucci¨®n" de los papeles m¨¢s comprometedores sobre la guerra sucia "para la oportuna constancia en su momento". La pr¨¢ctica de Perote de dosificar declaraciones, a veces contradictorias, ante distintos juzgados ha acabado volvi¨¦ndose en su contra. La sentencia constata que Perote no actu¨® guiado por "un m¨®vil honroso o elevado, como pudiera ser evitar un mal o impedir la impunidad de hipot¨¦ticos delitos", sino que su actuaci¨®n "revela un inequ¨ªvoco inter¨¦s personal de propio provecho individual". La pregunta que queda en el aire es qu¨¦ "provecho individual" obtuvo Perote poniendo estos documentos a disposici¨®n del ex presidente de Banesto Mario Conde, quien los utiliz¨® al servicio de su estrategia, Filtr¨¢ndolos oportunamente, ?c¨®mo no!, al diario El mundo.
Si la sentencia explica c¨®mo Perote rob¨® los papeles del Cesid, no aclara, en cambio, por qu¨¦ o para qu¨¦ lo hizo. El tribunal pasa de puntillas sobre las razones que llevaron a la expulsi¨®n del agente secreto del centro, limit¨¢ndose a rese?ar el "deterioro" de su relaci¨®n con el entonces director del Cesid, el general Emilio Alonso Manglano. M¨¢s clamoroso a¨²n es el silencio sobre el' uso posterior de estos documentos en una operaci¨®n de chantaje al Gobierno socialista en beneficio del ex presidente de Banesto Mario Conde.
El Tribunal Militar Central no aclara esta parte de la historia, posiblemente por el car¨¢cter restringido de
esta jurisdicci¨®n. Esta tarea corresponde a la justicia sin adjetivos. Este hecho nos reafirma en la opini¨®n de que el conjunto del proceso hubiera debido corresponder a un juez ordinario, capacitado para desentra?ar la trama civil de esta turbia historia. La sentencia en cuesti¨®n no pone fin al proceso, pues el abogado defensor ha anunciado su prop¨®sito de recurrir.
En el lado contrario puede pensarse que la pena es reducida, sobre todo a la vista de los t¨¦rminos extraordinariamente severos con que los jueces militares califican su conducta: "El procesado se hizo con las microfichas que conten¨ªan la informaci¨®n de manera premeditada, intencionada y maliciosa..., actu¨® con ¨¢nimo deliberado y prop¨®sito preconcebido...". El caso Perote tiene a¨²n muchos cabos sin atar. Pero se acabar¨¢n conociendo para preocupaci¨®n de quienes utilizaron los papeles del Cesid como m¨¦todo de chantaje al Gobierno de la naci¨®n, envolvi¨¦ndose en la bandera de una operaci¨®n de Empieza de la vida pol¨ªtica.
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