Las constructoras Lain y Obrascon no explican c¨®mo lleg¨® a Rold¨¢n dinero suyo
Enrique Aldama y Mi?¨®n, presidente de la constructora Lain, y Jos¨¦ Luis Garc¨ªa Villalba, vipreresidente de Obrasc¨®n, adjudicatarias de uno de los tramos de la autov¨ªa de Leizar¨¢n que une Navarra y Guip¨²zcoa, no supieron explicar ayer ante el tribunal que juzga el caso Rold¨¢n por qu¨¦ 100 millones de pesetas en talones firmados por ambos acabaron en manos del procesado. Con esos mismos cheques el ex jefe de la Guardia Civil adquiri¨® su lujoso piso con jacuzzi en la madrile?a calle de Plater¨ªas
Los dos constructores declararon que con esos talones abonaron un supuesto servicio de contravigilancia a sus empresas en la autov¨ªa amenazada por ETA. Ambos coincidieron en que pagaban, a una persona. desconocida, de la que ignoran su nombre y no recuerdan ninguno de sus rasgos f¨ªsicos. Una persona que, seg¨²n su versi¨®n, se dirigi¨® por separado a ambos durante diferentes reuniones que mantuvieron en el Ministerio del Inteni¨®r para tratar de la seguridad en esa obra y les ofreci¨® un servicio de contravigilancia ajeno a la protecci¨®n, que iba a dar la Guardia Civil. Rold¨¢n est¨¢ acusado de estafa por este caso.Las empresas de Aldama y Villalba formaron Una Uni¨®n Temporal de Empresas y resultaron adjudicatarias, de uno de los tramos de la autov¨ªa por un monto de 5.000 millones de pesetas. La adjudicaci¨®n la otorg¨® el Gobierno de Navarra cuando lo presid¨ªa Gabriel Urralburu y era consejero de Obras P¨²bliclas Antonio Arag¨®n, ambos procesados por un delito de cohecho y miembros denominada trarna navarra del caso Rold¨¢n. Fuentes consultadas por EL PA?S aseguran que los cheques pagados por Lain y Obrasc¨®n a Rold¨¢n lo fueron en realidad por comisiones ilegales de obras y no por el supuesto servicio de contravigilancia del que ahora hablan sus directivos.
Para dichas fuentes eso explica la, sorprendente defensa que Aldama, uno de los vicepresidentes de la CEOE, hizo ayer del procesado, al destacar su papel. en el desarrollo de esta obra amenazada por ETA y al reiterar que ¨¦ste nada tuvo que ver con el hombre sin rostro, ni identidad que durante meses le llamaba por, tel¨¦fono a su empresa y le cobraba decenas de millones por un servicio de contravigilancia inexistente.
Garc¨ªa Villalba reconoci¨® ante el tribunal que su declaraci¨®n sobre ese supuesto servicio de contravigilancia era, "inveros¨ªmil" y se escud¨® continuamente en que la ¨²nica forma de entenderlo era el clima de miedo que padec¨ªan las empresas adjudicatarias por las amenazas de ETA. ?Sabia en qu¨¦ consist¨ªa ese plan de contravigilancia? ?Conoc¨ªa a qui¨¦n se iba a proteger? ?A usted o a los mil empleados d¨¦ su empresa? ?Detect¨® que los contravigilantes estaban ah¨ª protegi¨¦ndoles? ?Sab¨ªa cu¨¢ntoles iba a costar?, le pregunt¨® el fiscal Daniel Campos. Villalba contest¨® a todo que no.
Ni ¨¦l ni Aldama hicieron ning¨²n contrato con esa supuesta persona o firmaron recibo o factura alguna por unos servicios que seg¨²n el vicepresidente de Obrasc¨®n s¨®lo en su caso superaron los 150 millones de pesetas. ?Y c¨®mo justific¨® usted esta cantidad en su empresa?, Ie pregunt¨® el fiscal. Y contest¨®. "Era dinero opaco para gastos sin justificar".
Villalba reconoci¨® que los dos se personaron m¨¢s adelante en el despacho de Roldan, donde le pidieron que les "diera" obras de la Guardia Civil "por lo bien" que se estaban "portando en la autov¨ªa al haber decidido continuar la obra". "Nos dio buenas palabras pero nada m¨¢s", declar¨®.
El juzgado de instrucci¨®n n¨²mero 1 de Pamplona investiga presuntos delitos de cohecho en los que podr¨ªan estar implicadas ambas constructoras. Las iniciales de las dos aparecen en las tarjetas manuscritas por el prodesado Jorge Esparza que se hallaron en la caja fuerte que Rold¨¢n ten¨ªa en un banco de Ginebra. Junto a las iniciales aparecen obras realizadas por ambas empresas en Navarra y la catidad exacta que abonaron en concepto de comisi¨®n ilegal.
Jos¨¦ Mar¨ªa Angel, secretario del ex ministro Antonio Asunci¨®n, declar¨® tambi¨¦n ayer.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.