Hillary Clinton, peregrina en F¨¢tima

Al margen de ser una fiel baptista, la primera dama norte¨¢mericana, Hillary Clinton, cumpli¨® ayer uno de sus m¨¢s fervientes deseos espirituales en suelo europeo: visitar el santuario de F¨¢tima, donde tres ni?os aseguraron hace 80 a?os que se les apareci¨® la Virgen.Acompa?ada de su hija, Chelsea, y de la embajadora norte americana en Lisboa, Elizabeth Frawley Bagley, la esposa del presidente Bill Clinton se traslad¨® a mediod¨ªa de ayer a uno de los m¨¢s c¨¦lebres altares del cristianismo, donde fue recibida por el rector del santuario, monse?or Luciano Guerra, y un nutrido grupo de peregrinos que la aplaudieron insisten temente a su llegada. Rodeada por un amplio dispositivo de seguridad, mostr¨® una especial curiosidad por la capilla de las Apariciones, donde los tres pastrorcillos recibieron los tres misterios marianos: la inevitable el infierno para los pecadores, a conversi¨®n de Rusia y la de integraci¨®n del imperio colonial en ?frica constituido por la acci¨®n del comunismo internacional.

Impresionada por el famoso templo cristiano al que acuden anualmente millares de peregrios de todo el mundo, la esposa del presidente de Estados Unidos pudo contemplar la bala que alcanz¨® al papa Juan Pablo II en el atentado perpetrado por el terrorista turco Al¨ª Agca, en los alrededores del Vaticano, en 1981. El proyectil, colocado actualmente en la corona de la Virgen de F¨¢tima, fue mostrado a Hillary Clinton por el rector del santuario. Monse?or Luciano Guerra explic¨® a los periodistas que la primera dama hab¨ªa transmitido hace tiempo sus deseos de conocer personalmente F¨¢tima "para rezar por su pa¨ªs y visitar a la hermana Luc¨ªa", la ¨²nica de los tres videntes que a¨²n se encuentra con vida.

A pesar de las gestiones rrealizadas por la Embajada norteamericana y la buena disposici¨®n de las autoridades eclesi¨¢sticas lusas, la primera dama norteamericana no logr¨® satisfacer su segundo deseo en tierras lusas, dado que la hermana Luc¨ªa, de 90 a?os de edad, se encuentra recluida en el monasterio del Carmelo, en Coimbra, aquejada de serios problernas de salud. No obstante, Hillary Clinton y su hija, Chelsea, saldaron sus anhelos espirituales tal y como se hab¨ªan propuesto, eso s¨ª, sin realizar ning¨²n tipo de declaraciones a los medios de comunicaci¨®n. S¨®lo los reporteros gr¨¢ficos y los c¨¢maras de te levisi¨®n pudieron acercarse a las dos mujeres, que desde el pasa do martes visitan de forma privada Portugal.

Las severas medidas de seguridad que las han rodeado en todo momento han impedido captar sus impresiones personales sobre esta visita religiosa que les ha acercado hasta uno de los altares m¨¢s frecuentados del planeta. Durante, la ma?ana, la esposa de Bill Clinton visit¨® el monasterio de Batalha, construido en el siglo XIV por Jo?o I de Portugal para conmemorar la victoria lusa de Aljubarrota, mientras la tarde fue dedicada a pasear por Obidos, una de las villas m¨¢s antiguas y mejor conservadas del pa¨ªs.

Independientemente de sus inclinaciones espirituales, Hillary Clinton no ha descuidado sus conocidas preocupaciones por los intereses de las mujeres y los ni?os. El pasado mi¨¦rcoles se reuni¨® con un grupo de destacadas damas locales para seguir la evoluci¨®n de estos problemas en Portugal. La esposa del ex presidente Mario Soares, Mar¨ªa Barroso, le sugiri¨® qu¨¦ era necesario promover un movimiento internacional que defiend¨¢ los derechos de las mujeres. Hillary Clinton respondi¨® escueta y contundentemente: "C¨®mo se acostumbra a decir en mi pa¨ªs, am¨¦n".

Las damas portuguesas insistieron en la necesidad de evitar la exhibici¨®n gratuita del cuerpo de las mujeres en programas de televisi¨®n y en el cine y solicitaron su apoyo para acabar con la violencia en el seno familiar, generalmente procedente, a su juicio, de los problemas con el alcohol y las drogas.

Como no pod¨ªa ser de otra manera, la esposa de Bill Clinton acab¨® la velada lisboeta escuchando fados. La sorpresa no pudo llegar a trav¨¦s de la dulce voz de Teresa Salgueiros, la cantante de Madredeus, pero qued¨® en manos de la sorprendente Felipa Rais. Hillary Clinton abandonar¨¢ Lisboa el pr¨®ximo domingo, tras una peque?a escala en la base norteamericana de Lajes, situada en el archipi¨¦lago de las Azores, concretamente en la isla de Terceira.