?C¨®mo informar del terrorismo?
La pac¨ªfica insurrecci¨®n popular que se ha extendido estos d¨ªas por todo el Pa¨ªs Vasco y el resto de Espa?a contra ETA y sus c¨®mplices ideol¨®gicos y pol¨ªticos -Herri Batasuna- ha situado a las fuerzas pol¨ªticas democr¨¢ticas ante la responsabilidad de definir y poner en pr¨¢ctica estrategias m¨¢s certeras que las hasta ahora vigentes frente al terrorismo y el mundo que le apoya. Pero el crimen de Lasarte y la formidable movilizaci¨®n social que ha generado pone a todas las instituciones -y muy especialmente a la judicatura- en el ineludible compromiso de reorientar el ejercicio de sus funciones en la direcci¨®n marcada por el sentir social. Tampoco podr¨ªan no sentirse concernidos los medios de comunicaci¨®n -que, por otra parte, tanto han contribuido a esa respuesta popular con un despliegue que a muchos ha recordado el del 23-F- por lo sucedido en estos d¨ªas en la l¨ªnea de intensificar todav¨ªa m¨¢s su rigor y su responsabilidad en el tratamiento informativo de todo lo referente al terrorismo.La gigantesca marea social contra ETA tambi¨¦n ha llegado, como era l¨®gico, a las salas de Redacci¨®n de los peri¨®dicos, convertidos, m¨¢s que nunca, en veh¨ªculos de expresi¨®n de los lectores. Desde el mismo d¨ªa en que ETA perpetr¨® el secuestro de Miguel Angel Blanco con la amenaza de asesinarle a sangre fr¨ªa en el plazo de 48 horas, EL PA?S fue inundado -por v¨ªa telef¨®nica y por correo normal y, sobre todo, electr¨®nico- de mensajes de rechazo a ETA y de solidaridad con la familia del joven concejal del PP en Ermua (Vizcaya). Los pronunciamientos contra ETA, los comunicados de solidaridad y los maniflestos a favor de la democracia y en contra de la violencia terrorista han seguido afluyendo a EL PA?S en los d¨ªas siguientes en n¨²mero incalculable. S¨®lo, convirti¨¦ndose en una gigantesca secci¨®n de Cartas al Director hubiera podido el peri¨®dico dar salida a tal cantidad de mensajes. Pero junto a las manifestaciones de rechazo a ETA y su entorno y de solidaridad con la familia de Miguel ?ngel Blanco -el sentimiento m¨¢s fuerte y generalizado- no han faltado los puntos de vista y las llamadas al papel de los medios de comunicaci¨®n en la estrategia de aislamiento pol¨ªtico del mundo pr¨®ximo ala banda terrorista. En general, han sido llamadas a la responsabilidad y al rigor y, sobre todo, a, no aceptar acr¨ªticamente el lenguaje y el discurso de ETA y HB. Se extra?an estos lectores de que todav¨ªa hoy en la prensa espa?ola se siga denominando comando a los activistas de ETA que asesinan, y secuestran, lo cual puede suponer una legitimaci¨®n encubierta o subliminal del discurso de guerra que trata de imponer la banda terrorista.
El debate sobre el papel de la informaci¨®n en sociedades sacudidas por el azote del terrorismo siempre ha estado latente en los medios de comunicaci¨®n. Desgraciadamente, en Espa?a no han faltado situaciones en las que este debate ha sido insoslayable. Como ahora. El director de EL PA?S, Jes¨²s Ceberio, se?ala los requisitos que, a su juicio, deber¨ªa tener un enfoque serio y responsable de la cuesti¨®n. "En primer lugar", dice, "el debate tiene que ser transparente, abierto a la participaci¨®n de los ciudadanos como sujetos del derecho a la libertad de expresi¨®n. Creo que en esto, como en todo, la mayor¨ªa del p¨²blico exige a los medios informaci¨®n rigurosa y contrastada, que no se conviertan en caja de resonancia de ETA y sus c¨®mplices. La respuesta no puede ser en ning¨²n caso el silencio. Una sociedad madura y democr¨¢tica s¨®lo puede construirse desde el conocimiento de la realidad, y no hay mejor defensa frente al terrorismo que una informaci¨®n precisa de sus cr¨ªmenes y de sus conexiones".
Para Ceberio, los lectores que apelan al rechazo del lenguaje de ETA y HB apuntan en la buena direcci¨®n. "Se trata", afirma, "de una exigencia perfectamente compatible con el rigor y la ¨¦tica period¨ªsticos. Se puede y se debe purgar la informaci¨®n de todo elemento propagand¨ªstico o interpretativo favorable a los objetivos de los terroristas. Tambi¨¦n los periodistas -como se ha dicho de los jueces respecto de la aplicaci¨®n de la ley- pueden pecar a veces de ingenuos en la aplicaci¨®n de sus criterios profesionales. No puede desconocerse que se trata de un ¨¢mbito con alto riesgo de manipulaci¨®n -no es posible, por lo general, contrastar los hechos ni identificar las fuentes- y con un componente publicitario consustancial a la estrategia del terror. Por eso, ETA no ha cejado en sus intentos de condicionar la labor de los medios de comunicaci¨®n con amenazas que en m¨¢s de una ocasi¨®n han concluido en atentados".
El soci¨®logo Enrique Gil Calvo, al que el Defensor del Lector ha pedido tambi¨¦n su opini¨®n, se pregunta si el ostracismo pol¨ªtico y c¨ªvico de HB y del entorno de ETA decretado popularmente estos d¨ªas deber¨ªa ampliarse a una especie de ostracismo period¨ªstico que silencie las acciones de ETA, KAS, Jarrai y HB. Su respuesta es "no" por raz¨®n de principios. "El no informar", argumenta Gil Calvo, "por temor a las consecuencias perversas es como hacer de avestruz, escondiendo la cabeza bajo el ala. Y si eso se hace para proteger al pueblo, mucho peor todav¨ªa. Eso es lo que intent¨® el cristianismo antimoderno, prohibiendo acceder al ¨¢rbol del conocimiento del bien y del mal. Pero frente al oscurantismo de semejante apag¨®n afirmativo hay que recordar que s¨®lo la verdad os har¨¢ libres. Pero, sobre todo, creo que no por raz¨®n de eficacia. Si se hubiese impuesto previamente una pol¨ªtica de ostracismo medi¨¢tico, nunca hubiera podido producirse la espectacular reacci¨®n ciudadana que ha generado este giro copernicano. Pues la amplificaci¨®n medi¨¢tica, como ese ¨¢rbol del bien y del mal, es un arma de doble filo que a veces la esgrimen los terroristas con ¨¦xito, pero que otras, como ha sucedido en esta ocasi¨®n, les puede acarrear su peor, derrota. As¨ª que debe mantenerse toda la transparencia informativa. Ahora, eso s¨ª: con una exigencia. de responsabilidad democr¨¢tica, sin manipulaci¨®n sensacionalista alguna y colocando a cada cual en su lugar. Es decir, con simple y llana honradez profesional. Basta con eso para que ni lectores ni audiencias puedan llamarse a enga?o".
La rebeli¨®n social contra ETA y HB debe llevar a los medios de comunicaci¨®n a reforzar su autonom¨ªa informativa frente a las iniciativas propagand¨ªsticas de los violentos. Esa es tambi¨¦n la conclusi¨®n del fil¨®sofo Fernando Savater, que se?ala nuevas zonas de inter¨¦s informativo a la labor de los periodistas. "La obligaci¨®n de informar", dice Savater, "no equivale a servir de altavoz a cualquier paparruchada truculenta de los violentos. Adem¨¢s, los recientes sucesos indican que hay otros campos de investigaci¨®n. Ese joven concejal del PP de familia humilde y que tocaba la bater¨ªa, el propio pueblo de Ermua, cuyos ciudadanos provienen mayoritariamente de la inmigraci¨®n..., ?no indican acaso realidades sociales m¨¢s relevantes para el futuro pol¨ªtico del Pa¨ªs Vasco que otros estereotipos mil veces repetidos? Ind¨¢guese hasta qu¨¦ punto el proyecto de una identidad exclusivamente nacionalista y euskald¨²n es cada vez m¨¢s insuficiente para la Euskadi actual. Porque no s¨®lo contra la violencia se rebela ya la gente".
Los lectores pueden escribir al Defensor del Lector o telefonearle al n¨²mero (91) 337 78 36.
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