Mandar
Les habla el contestador autom¨¢tico del Doctor Cul¨¦. "?Qui¨¦n ha ganado las elecciones a la presidencia del Bar?a?", me pregunta un extraterrestre de paso por nuestro planeta. Respuesta a lo Van Gaal: no admito preguntas est¨²pidas. Por ahora, los m¨¦todos del Holand¨¦s de la Castrense Figura est¨¢n siendo muy comentados y hay una gran expectaci¨®n por ver cu¨¢ndo empezar¨¢ a ceder ante la presi¨®n de un entorno hist¨®ricamente an¨¢rquico y con una tendencia natural al hedonismo mediterr¨¢neo (o sea: al escaqueo).Tambi¨¦n hay quien dice que a Van Gaal se le toleran todas esas mandangas protocolarias porque es extranjero. ?Se imaginan a Luis Aragon¨¦s o a Clemente poniendo tantas condiciones a la prensa y a los jugadores? ?Tendr¨ªan que pedir asilo pol¨ªtico en Andorra para poder entrenar! Van Gaal, sin embargo, pasa de habladur¨ªas. Llega, otea el horizonte y aprovecha la genuflexi¨®n general de la culerada para imponerse con una terapia de choque basada en un remake de los Diez Mandamientos. Tomen nota: "No llevar¨¢s la camiseta por encima de los pantalones. No beber¨¢s agua hasta que Yo te lo diga. Tendr¨¢s una botella a tu nombre y pobre de ti que bebas de la de un compa?ero. No responder¨¢s a preguntas est¨²pidas. No atender¨¢s a los periodistas sin que Yo te autorice. No jugar¨¢s como juega el Ajax. No hablar¨¢s por tel¨¦fono m¨®vil estando de servicio. No comparar¨¢s a Anderson con Ronaldo. Pondr¨¢s cara de mala leche en todo momento -aunque seas un cachondo- para que nadie te tome por el pito del sereno. Ganar¨¢s el pan con el sudor de tu camiseta (siempre y cuando no la lleves por encima de los pantalones)".
A los aficionados nos encanta la mano dura mientras s¨®lo afecte a los jugadores (y si se ampl¨ªa a los directivos, mejor). Que Van Gaal controle las idas y venidas de unos futbolistas millonarios y les apriete un poco las tuercas nos parece estupendo, siempre y cuando nos d¨¦ algo a cambio. Espect¨¢culo, por ejemplo. Y t¨ªtulos. Que, a diferencia de Robson, el holand¨¦s tenga un sistema de juego definido llama a la esperanza y seguro que, con un poco de paciencia, acabaremos disfrutando del buen f¨²tbol que tanta falta nos hace. Con Cruyff, esperar vali¨® la pena y es muy probable que, a su manera, Van Gaal logre conjuntar a una serie de nombres que hoy nos cuesta pronunciar. Siempre ocurre lo mismo. Cuando empez¨¢bamos a sabemos de memoria la alineaci¨®n del equipo y a cantarla de carrerilla (para admiraci¨®n de nuestros cu?ados), cuando ya hab¨ªamos logrado completar la colecci¨®n de cromos (para envidia de nuestros vecinos), van y nos cambian media plantilla. ?Qu¨¦ hago yo ahora con los cromos repe de Popescu, Ronaldo, Cu¨¦llar y Blanc? ?Fum¨¢rmelos? Menos mal que, como m¨ªnimo, el nombre del presidente sigue siendo el missmo. Y es que hay cosas que nunca cambian.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.