"24 horas encima de una roca a m¨¢s de 4.000 metros, con un compa?ero muerto colgando"

Iv¨¢n Jara, el ¨²nico monta?ero superviviente de la expedici¨®n andaluza que el fin de semana sufri¨® un accidente mientras ascend¨ªan el Mont Blanc, sufre "congelaciones superficiales en las falanges de ambas manos", que, seg¨²n el parte m¨¦dico de la Mutua de Accidentes de Zaragoza, donde fue atendido ayer por la tarde, no precisan hospitalizaci¨®n. Otros dos escaladores -uno irland¨¦s y otro alem¨¢n- fallecieron ayer en los Alpes. Unas 40 personas han muerto este verano en los Alpes. Y sin embargo, hab¨ªa colas para trepar el Mont Blanc. Un centenar de personas lo escalaba ayer por el lado italiano.

Iv¨¢n lleg¨® a la Mutua de Accidentes de Zaragoza (MAZ) a las siete de la tarde, por expreso deseo de su padre, tras una tensa jornada en la que la Federaci¨®n Espa?ola de Monta?ismo intent¨® que fuera atendido en el Hospital Cl¨ªnico Universitario de la capital aragonesa. Ambos centros mantienen una pugna por la especializaci¨®n en la atenci¨®n de congelaciones de monta?a. El monta?ero de 28 a?os fue dado de alta y proseguir¨¢ en su domicilio el tratamiento prescrito. Iv¨¢n lleg¨® a Zaragoza acompa?ado por su padre, Isidoro, en el veh¨ªculo familiar, con el que se trasladaron desde Aosta. Completamente abatido, muy nervioso, pero con un magn¨ªfico estado f¨ªsico, apareci¨® unos instantes ante las c¨¢maras de fot¨®grafos y televisiones para evitar especulaciones sobre su estado de salud. Tan s¨®lo acert¨® a decir, muy excitado: "Imaginad c¨®mo me encuentro. Cuatro compa?eros han muerto y ahora me encuentro esto". M¨¢s de una veintena de c¨¢maras le rodeaban. "En Italia el trato ha sido inmejorable con nosotros y con las familias de los fallecidos".Acompa?ado por el m¨¦dico que le hab¨ªa atendido, Ricardo Arregui, se dirigi¨® a continuaci¨®n hacia la zona de urgencias de la MAZ. Su padre pidi¨® que se entendiera la situaci¨®n an¨ªmica que atraviesa, mientras fuentes m¨¦dicas indicaron que las lesiones que sufre son mucho m¨¢s importantes desde el punto de vista psicol¨®gico que del f¨ªsico. Isidoro Jara fue detallando los aspectos del accidente que su hijo le ha contado desde el s¨¢bado: "Les garantizaron cinco d¨ªas de buen tiempo, pero al tercero, en la vertiente sur, por la que ascend¨ªan, se estrope¨® y se produjo la ca¨ªda primero de tres compa?eros de cordada y luego la de Iv¨¢n y su amigo". Tras la ca¨ªda, "lv¨¢n permaneci¨® 24 horas encima de una roca, soportando incluso el fr¨ªo de la noche. Hac¨ªa viento y ca¨ªa aguanieve. Ve¨ªa encima de su cabeza a su compa?ero que colgaba muerto". A lo largo de ese d¨ªa, el padre de Iv¨¢n explica que su hijo le dijo: "pensaba que tambi¨¦n iba a morir".

Iv¨¢n Jara es monta?ero desde los 17 a?os, su padre lo calific¨® de muy experimentado y confirm¨® que ya hab¨ªa ascendido el Mont Blanc en diversas ocasiones y tambi¨¦n por la vertiente sur. No dud¨® al afirmar que la muerte "es un riesgo que se asume cuando se va a la monta?a" y explic¨® que todos los miembros de la cordada eran amigos.

Pol¨¦mica hospitalaria

Sobre la pol¨¦mica en relaci¨®n al hospital en el que deb¨ªa ser tratado su hijo, Isidoro Jara zanj¨® el tema diciendo que "yo telefone¨¦ el mismo s¨¢bado desde Italia al doctor Arregui y le dije que quer¨ªa que viera a mi hijo, porque conoc¨ªa su profesionalidad en la materia. As¨ª ha sido y de lo dem¨¢s no s¨¦ nada".Desde el mediod¨ªa y hasta avanzada la tarde, la Federaci¨®n Espa?ola de Monta?ismo intent¨®, sin embargo, que fuera el Hospital Cl¨ªnico Universitario quien atendiera al monta?ero. Este centro ha sido hist¨®ricamente el ¨²nico de Espa?a con m¨¦dicos especializados en congelaciones de monta?a y en el mismo han sido tratados la pr¨¢ctica totalidad de monta?eros que sufren problemas de congelaciones. El cirujano Jos¨¦ Ram¨®n Morandeira, a la vez asesor m¨¦dico de la Federaci¨®n de Monta?ismo, y que durante muchos a?os ha ostentado cargos directivos, compart¨ªa trabajo con el neuroclrujano Ricardo Arregui. Hace algunos meses, la MAZ, un hospital privado de gran prestigio en Zaragoza, se hizo con los servicios de Arregui y las desavenencias profesionales que ambos m¨¦dicos manten¨ªan se hicieron profundas.