Psiqui¨¢tricos penitenciarios
En los ¨²ltimos d¨ªas se han publicado en el peri¨®dico que usted dirige informaciones y opiniones sobre los psiqui¨¢tricos penitenciarios que contienen inexactitudes que conviene precisar, al menos para evitar una alarma social injustificada. La anterior legislaci¨®n permit¨ªa que si una persona con alguna alteraci¨®n ps¨ªquica comet¨ªa una infracci¨®n penal quedara ingresada en un psiqui¨¢trico penitenciario hasta que sanara. Tras la reforma del C¨®digo Penal, en 1996, a quien comete una infracci¨®n penal y se le declara exento de responsabilidad criminal por padecer cualquier anomal¨ªa o alteraci¨®n ps¨ªquica, se le puede aplicar la medida de internamiento en un centro hospitalario penitenciario. El internamiento "no podr¨¢ exceder del tiempo que habr¨ªa durado la pena privativa de libertad, si hubiera sido declarado responsable el sujeto, y a tal efecto el juez o tribunal fijar¨¢ en la sentencia ese l¨ªmite m¨¢ximo" (art¨ªculo 101 CP).Es inexacto, por tanto, como sostienen las informaciones publicadas en su peri¨®dico, que se hayan suprimido los psiqui¨¢tricos penitenciarios. Actualmente, hay dos establecimientos de este tipo: en Foncalent (Alicante), inaugurado en 1984, y en Sevilla, abierto en 1989. El ¨²nico psiqui¨¢trico penitenciario clausurado, y sustituido por los dos anteriores, ha sido el de Madrid, en 1990, seis a?os antes de la entrada en vigor del nuevo C¨®digo Penal.
En ambos centros, un equipo multidisciplinar integrado por psiquiatras, psic¨®logos, m¨¦dicos generales, enfermeros y trabajadores sociales presta a los pacientes all¨ª ingresados la asistencia especializada que precisan en cada caso.
En Alicante hay actualmente ingresados 223 pacientes y 121 en Sevilla. La entrada en vigor del nuevo C¨®digo Penal, en mayo de 1996, ha supuesto la derivaci¨®n a centros extrapenitenciarios de 105 personas, la inmensa mayor¨ªa ingresadas por delitos menores como amenazas, coacciones, desacato o da?os.
Su peri¨®dico defendi¨® y apoy¨®, como la mayor¨ªa de los expertos, una reforma de la legislaci¨®n en este sentido. Entonces les pareci¨® injusto que quien caus¨® da?os por valor de 33.000 pesetas llevara siete a?os en un psiqui¨¢trico penitenciario u ocho por haber entrado a dormir en una casa abandonada, por ejemplo.
Decir ahora que "los psiqui¨¢tricos de prisi¨®n han sido un modelo de desastre, de coacci¨®n y de tortura" sin aportar una sola prueba de ello es cuando menos injusto para todos los profesionales que han trabajado y trabajan en ellos.- Jefa de Prensa de Instituciones Penitenciarias.
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