'La Flaca' y el flaco
Una noche feliz: la presentaci¨®n de Jarabe de Palo en Legan¨¦s coincid¨ªa con la grata noticia de que su primer disco ha llegado al n¨²mero uno de la lista de ventas de AFYVE. Las pol¨¦micas m¨¢s o menos artificales -la relaci¨®n de ese ¨¦xito con la campa?a de publicidad de Ducados, la deuda del concepto Jarabe de Palo con el de Juan Perro- que daban eclipsadas por la delicia de encontrarse con un p¨²blico tan festivo como entregado. Un p¨²blico en el primer estadio de un flechazo que amenaza con ser un enamoramiento prolongado.Jarabe de Palo tal vez no haya patentado la f¨®rmula del rock montuno, pero posee unas cuantas canciones atractivas que son cinceladas en vivo con br¨ªo y brillantez guitarrera: se notan los beneficios de abundantes actuaciones realizadas en los largos meses en que nadie cre¨ªa en el disco.
Jarabe de Palo / Joaqu¨ªn Sabina
Jarabe de Palo: Pau Don¨¦s (voz, guitarra); Jordi Mena (guitarra); Mari¨¢ Roig (bajo); ?lex Tena (bater¨ªa);Daniel Forcada (percusi¨®n).Joaqu¨ªn Sabina (voz, guitarra); Antonio Garc¨ªa de Diego (voz, guitarra, teclados); Pancho Varona (voz, guitarra); Olga Rom¨¢n (voz); Jos¨¦ A. Romero (guitarra); Kike Perdomo (saxof¨®n); Paco Bastante (bajo); ?ete (bater¨ªa). Plaza de Toros Multiusos. Legan¨¦s, 13 de agosto.
Melanc¨®lica historia
Las circunstancias del concierto, con su cartel compartido, impidieron que se diera cancha al nuevo material de Pau Don¨¦s aunque las piezas ya conocidas proporcionan el juego suficiente para demostrar que no se trata de un grupo de un solo ¨¦xito. La Flaca son¨® en sus dos versiones, el¨¦ctrica y ac¨²stica, y los coros del rebosante p¨²blico casi pod¨ªan llegar hasta los o¨ªdos de la esquel¨¦tica cubana que inspir¨® tan mel¨¢ncolica historia.La reaparici¨®n de Sabina, tras un breve par¨®n causado por un edema en la epiglotis, revel¨® una rara ambig¨¹edad entre admiradores y compa?eros de viaje, como si se deseara secretamente que el cuerpo le pase la factura, una factura alta, por su vida en el filo. Sin embargo, Sabina tiene un pundonor torero que le impide echar el freno. Nada de recortar el repertorio: cayeron dos docenas de canciones, con los ¨²nicos descansos que le proporcionan sus esforzados c¨®mplices de escenario.
Nuevamente, la comprobaci¨®n de que Sabina est¨¢ por encima del bien y del mal, de la ausencia o presencia de facultades canoras: la identificaci¨®n con su personaje p¨²blico es profunda y total, seguramente relacionada con esa ancestral admiraci¨®n hispana por el p¨ªcaro. Basta con que suelte el primer vaso de cualquier tema para que el respetable se suba a su traqueteante tren.
Lo de Sabina es m¨²sica, a veces elemental, pero siempre enriquecida por textos l¨²cidos o ingeniosos, y tambi¨¦n un fascinante fen¨®meno sociol¨®gico. Sabina es Madrid, con sus imperfecciones, sus excesos, sus veleidades, su narcisismo. Por muchos a?os, maestro.
Babelia
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