Berl¨ªn celebra '100 a?os del movimiento marica'
La exposici¨®n no elude las provocaciones
Unas 20.000 personas han visitado la exposici¨®n ?Goodbye, Berl¨ªn? 100 a?os del movimiento marica, que se clausura el domingo en la capital alemana, tras estar abierta durante tres meses y ofrecer una plataforma de debate sobre la homosexualidad masculina en este siglo. La Academia de Bellas Artes de Berl¨ªn y el Museo Marica de la capital no ahorraron provocaciones: desde el pasqu¨ªn que iba a servir de publicidad a la exposici¨®n a las obras exhibidas a la entrada.
El metro de la ciudad se neg¨® a exponer, por considerarlo obsceno, el cartel que anuncia el evento, obra de Keith Haring, que muestra una caricaturesca mezcla de felaci¨®n con un pene de proporciones descomunales. En la planta baja de la Academia de Bellas Artes, un artista espont¨¢neo de nombre polaco, Piotr Nathan, ha dejado expuesta una pintura inequ¨ªvoca, con un texto dirigido al "Muy estimado promotor de esta exposici¨®n". El pene representado le habla al promotor para decirle: "Yo no soy una polla".Unos metros m¨¢s all¨¢, la broma se acaba. Una especie de happening, concebido por el artista Hunter Reynolds, Traje en honor de Patina du Prey, llama la atenci¨®n del visitante sobre el problema m¨¢s grave que inquieta hoy d¨ªa a la subcultura o comunidad homosexual: el sida. El traje est¨¢ formado por tiras con nombres de homosexuales v¨ªctimas de la enfermedad. Al lado del traje, hay un libro que expone testimonios llenos de patetismo. Por ejemplo:"Israel Lope (1956-1989) muri¨® el 28 de setiembre. Mi papi fue una gran persona. Todos eran gente excelente, hasta que ocurri¨® esa cosa horrible... y tuvimos que contemplar su muerte". Con la misma letra aparece otro texto: "Deborah Disco muri¨® el 25 de setiembre de 1991. Por desgracia para mi familia, mi t¨ªa cay¨® tambi¨¦n, v¨ªctima de ese asesino". Otro escribe: "Mi amigo Bill Hathaway muri¨® el a?o pasado en Melbourne, tras luchar durante mucho tiempo. Rodney muri¨® hace dos semanas. Siguen en mis pensamientos".
El punto de partida de la exposici¨®n es la figura del m¨¦dico jud¨ªo Magnus Hirschfeld, quien el 15 de mayo de 1897 fund¨® en Berl¨ªn el llamado Comit¨¦ cient¨ªfico humanitario, que fij¨® como objetivo la lucha contra el art¨ªculo 175 del c¨®digo penal alem¨¢n, que castigaba la homosexualidad entre hombres adultos. La cifra 175 sugiri¨® un toque cabal¨ªstico a los promotores de la exposici¨®n berlinesa y por eso la abrieron el 17 de mayo, 175, en alusi¨®n al famoso art¨ªculo que penaba la homosexualidad.La otra referencia en el t¨ªtulo de la exposici¨®n, Goodbye Berlin? (?Adi¨®s Berl¨ªn?): alude a la obra autobiogr¨¢fica del ingl¨¦s Christopher Isherwood del mismo t¨ªtulo en la que cuenta su despedida del Berl¨ªn de los a?os 20 por el temor al nazismo. La obra, publicada en 1939 en Estados Unidos, sirvi¨® luego de base literaria al gui¨®n de la pel¨ªcula Cabaret.
Con 1.400, fotograf¨ªas, pinturas, objetos y reproducciones de documentos, resultado de reunir los pr¨¦stamos de m¨¢s de 300 personas e instituciones de todo el mundo, la exposici¨®n consigui¨® reflejar la lucha del movimiento homosexual, que en Alemania se autodenomina (de forma abierta y sin tapujos, como autoafirmaci¨®n) marica. Los balbuceos iniciales, a finales del XIX, de Hirschfeld y los suyos, con cartas de petici¨®n al emperador y a los pol¨ªticos de la ¨¦poca para la despenalizaci¨®n de la homosexualidad y la abolici¨®n del art¨ªculo 175, quedaron cortados de forma definitiva en 1933 con la llegada del nazismo.
Hirschf?eld, jud¨ªo para mayor agravante, tuvo que cerrar el Instituto de investigaci¨®n sexual y emigrar. Las hordas nazis se encargaron de arrasar el edificio y quemar los libros. Los homosexuales, provistos de su distintivo rosa, ocuparon su puesto en los campos de concentraci¨®n y exterminio, junto a jud¨ªos, gitanos, comunistas y el largo etc¨¦tera de v¨ªctimas del nazismo. La exposici¨®n exhibe los partes de la polic¨ªa secreta nazi, la Gestapo, con detalles sobre una persona a la que se le observaban inclinaciones homosexuales y se le segu¨ªa por urinarios y otros lugares de encuentro.
Hasta 1969, un a?o despu¨¦s de la rebeli¨®n de los estudiantes, y con el cambio de gobierno en la Alemania del oeste, que llev¨® al poder a los. socialdem¨®cratas en coalici¨®n con los liberales, se mantuvo en vigor el art¨ªculo 175. A partir de esa fecha dejaron de ser delito los actos homosexuales entre adultos. Al otro lado del muro y las alambradas, las cosas siguieron inamovibles hasta la desaparici¨®n de la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana.
De forma paralela, cada d¨ªa se celebraron en Berl¨ªn conferencias, actos, proyecciones de pel¨ªculas y debates sobre homosexualidad. Aunque pas¨® la ¨¦poca de la clandestinidad, todav¨ªa hoy d¨ªa en Alemania, seg¨²n una encuesta entre homosexuales del soci¨®logo Micheal Bochow, un 11 % de los entrevistados del este y 13% del oeste sufrieron insultos. Un 3,5% en el oeste y un 4,1 % en el este padecieron agresiones f¨ªsicas.
La exposici¨®n berlinesa se hab¨ªa fijado como objetivo presentar "los m¨²ltiples aspectos de la vida y actuaci¨®n marica en su dimensi¨®n hist¨®rica. Con ello, se trata tambi¨¦n de fortalecer la conciencia de que el movimiento marica se desarrollar¨¢ y en el futuro puede producir transformaciones imprevisibles". En el libro de visitantes, CAS, de Tenerife, se lamenta: "Es una pena que tantas y tan bonitas fotos no tengan m¨¢s publicidad".
Babelia
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