MICKEY ES UN MU?ECO
La norteamericana Billie Jean Matay ha tenido que asumir que la vida real no es tan bonita como las pel¨ªculas de Walt Disney. Ella cree que alguien, en concreto Disneylandia, le debe una compensaci¨®n econ¨®mica por ello. En 1995, Matay acudi¨® al parque acompa?ada de sus nietos, de 5 y 10 a?os, y dos villanos les atracaron a mano armada en el aparcamiento. Entonces, los agentes de seguridad les interrogaron en unas oficinas donde, maldita fatalidad, unos empleados se estaban quitando sus disfraces de Mickey, Goofy y el Rey Le¨®n. El pasado martes comenz¨® el juicio de Matay contra Disney: no s¨®lo por la comisi¨®n del atraco en el entorno ideal de Disneylandia, sino por haber provocado un "desgaste emocional" a los ni?os, que aprendieron de golpe que los personajes de Disney son, en realidad, personas como otra cualquiera. Empleados a tiempo parcial, casualmente el mismo trabajo que tuvo Matay cuando el parque abri¨® en los a?os cincuenta.-
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