Pyongyang negocia con Japon las condiciones para recibir ayuda
El ¨²ltimo r¨¦gimen estalinista del mundo, el que gobierna en Corea del Norte, inici¨® ayer en Pek¨ªn una ronda de negociaciones con Jap¨®n con el objetivo principal de normalizar sus relaciones diplom¨¢ticas y abrir una nueva y urgente v¨ªa de entrada de ayuda humanitaria para mitigar la grave situaci¨®n que vive su poblaci¨®n, azotada por la hambruna y el colapso de la agricultura tras dos a?os consecutivos de inundaciones y otro de una grave sequ¨ªa.
No hay noticias oficiales del resultado de la primera ronda. Ni siquiera de si la reuni¨®n continuar¨¢ hoy. Los jefes de las dos delegaciones, el subdirector general de la oficina de asuntos asi¨¢ticos del Ministerio de Exteriores japon¨¦s, Kunihiko Makita, y su hom¨®logo coreano, Kim Ryon-gil, intercambiaron buenas maneras antes de comenzar el encuentro. Una sola frase, referida aparentemente al buen clima, permite pensar que hay posibilidades de alg¨²n tipo de acuerdo. "No hay nube alguna en el cielo", dijo Makita en aparente referencia al sol de Pek¨ªn.No es la primera vez que ambos pa¨ªses tratan de normalizar sus relaciones. En noviembre de 1992 sostuvieron ocho rondas similares que finalizaron en un rotundo fracaso Corea del Norte decidi¨® romper el di¨¢logo ante lasprotestas del Gobierno de Tokio de que 10 ciudadanos japoneses hab¨ªan sido secuestrados por el r¨¦gimen de Pyongyang. No era la primera vez que Jap¨®n denunciaba hechos similares. Sucedi¨® entr¨¦ los a?os 1970 y 1980.
Este conflicto y la negativa de Corea del Norte a permitir a las mujeres japonesas que viven all¨ª visitar su pa¨ªs de origen bloque¨® el env¨ªo de ayuda humanitaria. Esta vez puede ser diferente.
Aunque la hambruna est¨¢ forzando a Corea del Norte a abrir v¨ªas negociadoras con Jap¨®n, EE UU o Corea del Sur (donde hay una obsesi¨®n b¨¦lica con el Norte y donde esta semana han comenzado las anuales maniobras para prevenir un posible ataque), el pa¨ªs no ha cambiado. Uno de los trabajadores extranjeros que se halla en Kumho para participar en la construcci¨®n de una central nuclear, Park Young-chul, representante de la Korea Electric Power Corporation, defini¨® ayer la situaci¨®n de estos expatriados como "vivir en una c¨¢rcel sin muros".
Esta empresa surcoreana, responsable de un proyecto que trata de evitar que los norcoreanos desarrollen un plan nuclear susceptible de uso militar, est¨¢ teniendo problemas, con sus trabajadores, que se quejan de aburrimiento. No se les permite salir de las instalaciones de la obra. S¨®lo pueden hacerlo en coches oficiales y acompa?ados por representantes del r¨¦gimen. Y tienen prohibido todo contacto con la poblaci¨®n.
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