Los f¨®siles de Atapuerca prueban que la diferencia de tama?o de hombres y mujeres era igual hace 300.000 a?os
Las hembras gorilas y orangutanes pesan la mitad que los machos; los hombres pesan s¨®lo un 20% m¨¢s que las mujeres. Entre los primeros hom¨ªnidos el tama?o de las hembras era el 60% del de los machos. Pero de la colecci¨®n de huesos de Atapuerca se deduce que el dimorfismo sexual o variabilidad entre machos y hembras preneardertales era, hace 300.000 a?os, en contra de lo que pensaban muchos paleont¨®logos, igual a la nuestra. ?Qu¨¦ implicaciones tiene el dimorfismo sexual? Much¨ªsimas, responden los paleont¨®logos: desde una divisi¨®n del trabajo diferente hasta comportamientos sexuales radicalmente distintos, como competencia a muerte por las hembras, poligamia o monogamia. No es de extra?ar, pues, que los indicadores de dimorfismo sexual de una, especie se consideren llaves de la sociobiolog¨ªa de nuestras especies ancestrales. Pero hasta ahora era dif¨ªcil, si no imposible, determinar con rigor cient¨ªfico la variabilidad de tama?o en poblaciones de las que no quedan m¨¢s que unos f¨®siles, casi siempre fragmentarios.
De la publicaci¨®n hoy en la revista Science de un trabajo cient¨ªfico sobre la espl¨¦ndida colecci¨®n de f¨®siles del pasado hallada en la Sima de los Huesos en Atapuerca, se deduce que aquellos preneardertales no tendr¨ªan una divisi¨®n del trabajo tan pronunciada como corresponder¨ªa al arquetipo popular neardertal de machos poderosos cazadores y mujeres volcadas en las cr¨ªas. A partir de aqu¨ª, los paleont¨®logos pueden empezar a abordar implicaciones importantes con una base s¨®lida: "En cuanto a la divisi¨®n del trabajo, por ejemplo, el mundo de las hembras no tendr¨ªa por qu¨¦ ser muy diferente del de los machos en el pleistoceno medio; har¨ªan cosas similares, los machos eran algo m¨¢s voluminosos, pero no mucho m¨¢s...", dice Juan Luis Arsuaga, codirector del yacimiento.
Para el trabajo se ha utilizado un recurso de matem¨¢tica computacional que permite muestrear extensamente colecciones de huesos humanos contempor¨¢neos para hacer comparaciones. Este m¨¦todo matem¨¢tico, denominado bootstrapping (test de aleatorizaci¨®n muestral) ha sido aplicado por Arsuaga, Jos¨¦ Miguel Carretero y Carlos Lorenzo para este estudio avanzado sobre la poblaci¨®n de la Sima de los Huesos s¨®lo en los individuos adultos de los 32 cuyas- piezas se han rescatado hasta ahora, y el resultado es que los europeos de hace 300.000 a?os, esos preneardertales que evolucionaron y luego se extinguieron hace unos 30.000 a?os, ten¨ªan un dimorfismo sexual similar al de los hombres modernos que los sustituyeron a ellos en el continente y a todas las dem¨¢s poblaciones humanas en el resto del mundo.
Hasta ahora, se?ala Arsuaga, los estudios de dimorfismo sexual parten de una separaci¨®n, a priori, de huesos "masculinos" y "femeninos" bas¨¢ndose en el tama?o de cada uno, por lo que una hembra grande acabar¨ªa en el grupo de los machos y un individuo peque?o podr¨ªa muy bien ser clasificado como hembra: "Hay que tener en cuenta que en un esqueleto humano moderno s¨®lo la pelvis indica irrefutablemente si es de macho o de hembra".
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