Policiaco a la italiana

Premiada en la Mostra de Venecia de 1995, la ¨²ltima pel¨ªcula dirigida y escrita en colaboraci¨®n por Ettore Scola tiene t¨ªtulos casi antag¨®nicos en castellano, Historia de un pobre hombre, y en italiano, Romanzo di un giovanne povero, quiz¨¢ en la medida en que gira en torno a la amistad entre dos seres muy diferentes, pero ambos marginados sociales, y cada t¨ªtulo hace referencia a uno de ellos.La pel¨ªcula narra la amistad que nace entre un hombre mayor, jubilado, sin nada que hacer en la vida, dominado por su mujer, que fue muy bella en su juventud, pero que, al igual que ¨¦l, se ha convertido en un monstruo; y un hombre joven, licenciado en letras, sin trabajo ni tampoco posibilidad de conseguirlo, que no tiene m¨¢s remedio que convivir con su posesiva madre.

Planteada como una f¨¢bula moral, llena de un peculiar humor negro, el filme tiene un final tan esperanzador como desolador, debido a que ambos protagonistas consiguen lo que quieren, pero de la manera m¨¢s disparatada posible: mientras uno acaba por sustituir a su mujer, el otro tiene que ser encarcelado para encontrar trabajo.

Sin embargo, Historia de un pobre hombre no es la gran pel¨ªcula que hubiese debido ser por culpa de un gui¨®n que no encuentra la estructura dram¨¢tica apropiada para su desarrollo. Lo cual resulta extremadamente raro en una producci¨®n de Ettore Scola que, por lo general y a pesar de sus m¨²ltiples a?os de oficio, sigue siendo mejor guionista que director.

El problema es que est¨¢ planteada como un policiaco, y en Italia nunca ha habido la menor tradici¨®n dentro de este particular g¨¦nero. Scola no se encuentra a gusto en ¨¦l. Aunque juega con habilidad para no resolver la investigaci¨®n, hay momentos repetitivos y el conjunto resultalargo.

No obstante, Historia de un pobre hombre es un filme interesante con una espl¨¦ndida interpretaci¨®n de Alberto Sordi, que una vez m¨¢s demuestra estar en plena forma y realiza otra de sus grandes creaciones. Hasta el extremo de que la pel¨ªcula s¨®lo tiene verdadera vida cuando ¨¦l est¨¢ en la pantalla.