Escenario 3: hazlo o mu¨¦rete
Los economistas son unos forofos de los escenarios, no porque les guste el teatro (que tambi¨¦n, sobre todo en algunos casos), sino porque "escenario" significa, para ellos, "posibilidades alternativas": si ocurre esto y aquello, el escenario ser¨¢ A; pero si no ocurre, el escenario ser¨¢ B. Claro que si ocurre esto pero no aquello, entonces la posibilidad alternativa ser¨¢ C. Y as¨ª sucesivamente.En el caso de la Uni¨®n Monetaria Europea, no hace falta ser tramoyista para vislumbrar cuatro escenarios:
1. El euro se retrasa, pero Europa no se hunde.
2. El euro no entra en vigor en la fecha prevista y la Uni¨®n Europea se va al garete.
3. El euro entra en vigor el 1 de enero de 1999 y resulta un gran ¨¦xito: aumentan el crecimiento econ¨®mico, disminuye el paro.
4. El euro entra en vigor en esa fecha, pero ni la econom¨ªa crece ni disminuye el paro.
Tal y como est¨¢n las cosas, la mayor¨ªa de los expertos europeos cree que los escenarios uno y dos pueden ser descartados. La moneda ¨²nica nacer¨¢ cuando est¨¦ prevista, porque en caso contrario, y dado todo lo que ya se ha hecho y dicho, la opci¨®n segunda es la m¨¢s probable. Es decir, la UE correr¨ªa el riesgo de entrar en una etapa de confusi¨®n, recesi¨®n, heterodoxia econ¨®mica y peleas internas. Vade retro.As¨ª que nos quedan el tres y el cuatro. Pero estos escenarios tienen, a su vez, distintos decorados. Para que prospere -el tres -que es el sue?o de cualquier ciudadano, incluidos pol¨ªticos y economistas- los expertos aseguran que no basta con lanzar la moneda ¨²nica cuando est¨¢ anunciado. Hacen falta otros requisitos: por ejemplo, el Banco Central Europeo (que ser¨¢ el m¨¢s independiente y poderoso del mundo) debe acertar con su pol¨ªtica monetaria para infundir confianza en los mercados, atraer capitales, mantener baja la inflaci¨®n y dar estabilidad al euro. Y los pa¨ªses miembros deben controlar con razonable disciplina su gasto y su presupuesto.
Colocar este decorado obliga a hacer una serie de ajustes en las econom¨ªas de los pa¨ªses que participen desde el primer momento en el euro. Hay que controlar la inflaci¨®n y bajar el d¨¦ficit, pero en ning¨²n caso se puede recurrir a devaluar la moneda. Y est¨¢ claro que, si no existe posibilidad de ajustar "inclinaciones divergentes" de las econom¨ªas de los distintos pa¨ªses europeos a trav¨¦s de devaluaciones trasladar¨¢ ese peso a los niveles de empleo y de salarios.
Recapitulemos. Si se quiere que el escenario tres prospere, hacen falta una serie de reformas, incluida, y muy principalmente, la de los mercados de trabajo para que sean "m¨¢s flexibles".
El Banco de Espa?a ha explicado muy bien en su libro La Uni¨®n Monetaria Europea, cuestiones fundamentales, qu¨¦ hace falta para que el famoso y anhelado escenario' tres sea una realidad en el caso de nuestro pa¨ªs: "Un pa¨ªs que aspire a aprovechar plenamente las oportunidades ofrecidas por la Uni¨®n Monetaria, tiene que acometer las reformas estructurales cuanto antes, tanto en el ¨¢mbito de los mercados de servicios y de trabajo, como en el del sector p¨²blico a, fin de evitar que reaparezcan inclinaciones divergentes. Estas, una vez que ya no se disponga de la posibilidad de ajustarse a trav¨¦s del tipo de cambio, tendr¨ªan consecuencias muy negativas sobre la producci¨®n, la renta y el empleo".
Quiz¨¢ terminemos recordando estos a?os como aquellos en los que vivimos peligrosamente, en un fant¨¢stico escenario con dos decorados: Hazlo o mu¨¦rete.
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