Del tabaco
Lamento que EL PA?S no tenga a bien enviar a Joaqu¨ªn Vidal a cualquier feria espa?ola para que los aficionados taurinos puedan disfrutar de sus cr¨®nicas y as¨ª no tengamos, ellos y los dem¨¢s, que aguantar su falta de imaginaci¨®n veraniega que le hace escribir un art¨ªculo como el del martes 19 de agosto.Vaya por delante, y antes de que se me note demasiado: soy un no fumador, y no estoy en guerra con los fumadores; vivo, trabajo, salgo y me divierto con ellos, y no creo que ninguno pueda decir que les doy. la charla o que me queje de mis derechos pisoteados. Lo m¨¢s que hago, y no siempre, es abrir t¨ªmidamente una ventana y esperar que no se note mucho (?se han dado cuento, ustedes de que en una reuni¨®n de amigos o en el puesto de trabajo, el primero que se queja del fr¨ªo, o del calor, de la ventana -abierta, es un fumador? S¨ª, uno de los art¨ªfices de la neblina que hay en la habitaci¨®n).
No fumo porque nunca me dio esa tontuna juvenil por la que casi todo el mundo se engancha, no porque sea m¨¢s listo o m¨¢s tonto, m¨¢s lanzado o m¨¢s cobarde, y ni mucho menos porque me muera de miedo ante las cifras m¨¦dicas que dan risa al se?or Vidal.
Por eso me molesta el tonillo ir¨®nico que utiliza en su art¨ªculo para los que no disfrutamos mucho del humo ajeno, una iron¨ªa que, confieso, me ha agradado en otros de sus escritos.
?Tan dificil es pensar, para ¨¦l y el resto de fumadores, que el humo molesta? ?Que no se trata en la mayor¨ªa de los casos de miedo a enfermarse de lo que sea? ?Est¨¢n los fumadores mal informados? ?O es que no conocen a ning¨²n no fumador? Todos sabemos que hay un mont¨®n de cosas que atentan contra nuestra salud, pero ?qu¨¦ podemos hacer individualmente o en el d¨ªa a d¨ªa? Puedo plantarme a chillar delante de una comunidad de vecinos con una caldera contaminante, o salir corriendo detr¨¢s de los veh¨ªculos con mala combusti¨®n para dar collejas al conductor, o subirme a un edificio para disparar a los perros que defequen en medio de la acera, o poner Goma 2 en los garitos que superen el n¨²mero de decibelios permitidos, o fusilar a los autores de graffitis.Todo esto creo que no ser¨¢ muy l¨ªcito ni dar¨¢ mucho resultado. Lo que s¨ª puedo hacer es pedir, por favor por supuesto, a un fumador que no lo haga en determinados sitios en los que no puede hacerlo, pero ?no lo hago nunca! ?De qu¨¦ se quejan los fumadores? .
Yo vivo en Madrid, y no veo que en los andenes y pasillos del metro se haya dejado de fumar, ni en los hospitales, ni en las aulas de la Universidad, ni en muchos otros sitios en los que no se debe, y nadie o casi nadie, no fumadores, claro, dice nada, aun con la raz¨®n de su lado. Por eso molesta' ese tono de m¨¢rtires de muchos fumadores como J. Vidal a los que les gusta decir tonter¨ªas sobre si los no fumadores lo son por moda o porque lo dice Clinton (m¨¢s propaganda yanqui que la publicidad del tabaco rubio americano, es imposible, y, adem¨¢s, los fumadores tambi¨¦n beben coca-cola o van en masa a ver la ¨²ltima de Stallone), o que si muere del tabaco alguien, m¨¢s mueren por otras causas y es una bobada preocuparse.
Por ese motivo, ?para qu¨¦ vamos a investigar las causas de los accidentes de autocares o de trabajadores de la construcci¨®n, si cada vez que un cicl¨®n azota Bangladesh o un terremoto el Per¨², mueren muchos miles m¨¢s?.
En fin, la cosa es muy f¨¢cil para m¨ª: que los fumadores lo sigan haciendo al aire libre, en sus casas y coches, y en todos los sitios donde no est¨¦ prohibido, que pregunten primero.
Se sorprender¨¢n de cu¨¢nta gente, como es mi caso, no pondremos objeciones a que lo hagan, pero, por favor, que entiendan que hay gente a la que le molesta el humo- .
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