Perder la vida en el asfalto
Bombardeo de tr¨¢fico: dolor, muerte, sangre, amasijo de hierros... Decididamente, huyo de este tipo de mensajes. No me interesa nada lo que me cuentan; estoy harta de tanta angustia y miedo; total, yo no conduzco, apenas si viajo, con lo que presumo que dif¨ªcilmente yo voy a ser protagonista de esta tragedia que se empieza a llamar carretera.Adem¨¢s, yo no form¨¦ parte de esos millones de espa?oles que aprovech¨® el pasado puente del 15 de agosto para salir de viaje, con lo que eran pocas las posibilidades que ten¨ªa de sufrir el mordisco de la muerte. Y, sin embargo, lo sufr¨ª. El lunes, poco m¨¢s de las cinco de la tarde, alguien que yo conoc¨ªa hab¨ªa dejado de existir.
En mi lugar de trabajo hab¨ªa una silla vac¨ªa, un ordenador parado y una ausencia injustificable. Ve¨ªa su cara por todas partes: perfilada en el folio blanco, reflejada en el salvapantallas, difuminada en mi cerebro ... ?c¨®mo era posible que el viernes la despidi¨¦ramos como si tal cosa, con la t¨ªpica expresi¨®n de "buen fin de semana, hasta el lunes", y al llegar el inicio de una nueva semana ella ya no existiera, su vida hubiera terminado en un par de minutos?
De repente me di cuenta de que la muerte existe, se manifiesta tras largas enfermedades, diagn¨®sticos casuales, a?os y a?os de existencia, actos de barbarie, terrorismo... y, c¨®mo no, tras el espejismo del asfalto. Como si de un juego se tratase, ahora te veo, ma?ana te dejo de ver; ahora te tengo, ma?ana te dejo de tener. As¨ª, sin m¨¢s, sin explicaci¨®n alguna, sin buscarlo, con imprudencias, e incluso sin ellas -porque si algo tiene de cruel esta muerte es que es casual- hoy existes y ma?ana dejas de existir.
No hay palabras ni consuelo, s¨®lo dolor. Intento ponerme en el lugar de los familiares de las v¨ªctimas del asfalto y lloro en silencio, con un llanto que protesta porque hemos progresado en casi todo menos en lo m¨¢s importante en estos tiempos de viajes: desplazarnos por las carreteras sin miedo a perder nuestra vida. Lo peor de todo es que esto no va a cambiar, y cada d¨ªa ser¨¢n o seremos m¨¢s las personas que moriremos en la carretera, porque nunca aprendemos hasta que es demasiado tarde: 66 personas perdieron la vida en 52 accidentes de tr¨¢fico durante el puente del 15 de agosto
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