Matizaciones
El peri¨®dico me trae hoy la tristeza de la muerte de Robledano Piqueras y el sarpullido del varapalo de Haro Tecglen (EL PA?S, 7 de agosto). Conviv¨ª con Robledano en el diario Arriba y all¨ª mantuvimos una muy cordial relaci¨®n personal, que continu¨® en la separaci¨®n de nuestras respectivas ocupaciones, seg¨²n el buen estilo de la casa. Del talento de Haro soy admirador veterano (alguna prueba escrita tiene de ello) y no me perdonar¨ªa que la simple advertencia del error de una cita (EL PA?S, 6 de agosto) le hubiera causado el menor desasosiego.Por eso, por si acaso, quiero que conste que nada le reprocho. Escrito est¨¢ que me he limitado a recordarle amablemente el verdadero origen de una frase mal atribuida. Lo que ocurre es que a partir de aquella peque?ez Haro introduce apreciaciones personales, que no le discutir¨¦ en modo alguno, y argumentos ad hominem, que necesitan alguna matizaci¨®n.
Dice Haro que yo era de los de "el joven Primo" (Jos¨¦ Antonio). Falla el tiempo del verbo porque lo sigo siendo y no hace mucho lo expliqu¨¦ p¨²blicamente en el sal¨®n de actos del Ateneo de Madrid, en la presentaci¨®n del libro Sobre Jos¨¦ Antonio. Juicios y referencias personales.
Tambi¨¦n expliqu¨¦ que la del joseantoniano es una actitud ¨¦tica e intelectual, ant¨ªpoda de fascista, t¨¦rmino que generalmente se utiliza como insulto y no como referencia hist¨®rica (de lo que tanto habr¨ªa que hablar). Que ahora mismo yo me acuerde, en tinta de peri¨®dico han sido motejados de fascistas no s¨®lo ETA, Francisco Umbral, el presidente del Bar?a, Felipe Gonz¨¢lez y Adolfo Su¨¢rez, sino tambi¨¦n la perfecci¨®n, la naturaleza, el carril-bus, el verbo "trascender" y el antifascismo.
?Inteligencia, dame el nombre exacto de las cosas! No es exacto, aunque lo diga Haro, que Anson me recogiera en Abc. Nunca he pertenecido a Abc, donde tengo excelentes amigos. De parte de la Universidad Complutense, como catedr¨¢tico de la misma, he dirigido un master en convenio con Prensa Espa?ola, SA, editora de Abc.
Dice Haro que yo tengo m¨¢s libros de citas que ¨¦l. No lo s¨¦. S¨¦ que tengo una cita que yo nunca hubiera escrito. Dice as¨ª: "Se nos muri¨® un capit¨¢n, pero el Dios misericordioso nos dej¨® otro. Y hoy, ante la tumba de Jos¨¦ Antonio, la figura egregia del Caudillo Franco. El mensaje recto de destino y enderezador de historia que Jos¨¦ Antonio tra¨ªa es fecundo y genial en el cerebro y en la mano del General¨ªsimo... Una alegr¨ªa tenemos: la de ver que a Jos¨¦ Antonio sucede un hombre tan firme y sereno como el que lleva a Espa?a por los senderos que ¨¦l marc¨®".
Y hablando de citas, no quisiera provocar un nuevo desasosiego; pero, aunque s¨®lo fuera por cortes¨ªa, tengo que corresponder al amable reto que Haro me hace; el telegrama (por supuesto, de Alfonso XIII) con la frase "?Ole tus cojones!" tuvo por destinatario, no al general Primo de Rivera, sino al general Fern¨¢ndez Silvestre.
Espero que este apunte de aclaraci¨®n sea suficiente. Si hubiera de continuar, sugiero, como compensaci¨®n del desequilibrio dial¨¦ctico, que Haro lo haga en Cartas al director, y yo, en una columna fija-
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