Sorprendente 'Lecci¨®n de tango' de Sally Potter
En el ecuador de la Mostra, el concurso sigue sin aportar una pel¨ªcula importante
ENVIADO ESPECIALMientras el cine rutinario sigue desfilando en un concurso hasta ahora sin pena ni gloria, fuera de ¨¦l ocurren pel¨ªculas con gancho, que alborotan a la enorme clientela de cin¨¦filos de medio mundo que hacen casi intransitables los itinerarios entre sala y sala y crean. insoportables aglomeraciones en las puertas de acceso a ellas. Una de estas obras alborotadoras es la Lecci¨®n de tango que ha tra¨ªdo -dirigida, protagonizada y por lo visto vivida personalmente por ella y el tanguista argentino Pablo Ver¨®n- la cineasta brit¨¢nica Sally Potter. Todos hablan aqu¨ª de esta sorprendente fusi¨®n entre ficci¨®n y vivencia en la docena de ceremonias (filmadas en un calculado claroscuro intenso) de tangueo entre la dama brit¨¢nica y el joven barbudo bonaerense.
Recu¨¦rdese Orlando, estrenada en Espa?a hace unos a?os. All¨ª, Sally Potter dio una lecci¨®n de buen gusto pict¨®rico y de entrega a la composici¨®n minuciosa, casi miniaturista, de un retrato f¨ªlmico del h¨¦roe-hero¨ªna del libro de Virginia Woolf. Pero la pel¨ªcula le sali¨® empalagosa. Estaba demasiado llena de estampitas demasiado quietas y, sobre todo, incurr¨ªa en un excesivo y algo estomagante preciosismo en la composici¨®n de las brillantes, y con regusto decadentista, im¨¢genes.Ahora, en cambio, la cineasta brit¨¢nica nos da una Lecci¨®n de tango con igual o mayor entrega y minuciosidad, pero esta vez no empalaga ni se dedica a componer quietudes, sino que imprime una fuerte dinamicidad en la pantalla. Mueve, incluso arrastra Sally Potter con el vaiv¨¦n er¨®tico y el empuje emocional del di¨¢logo (a veces armonioso y a veces conflictivo, discordante) de los cuerpos, bellamente capturados por la c¨¢mara, del sorprendente emparejamiento tanguista que compone ella misma con ¨¦l argentino Pablo Ver¨®n.
Escuela de pasi¨®n
Dice Sally Potter que "el tango es m¨¢s que un baile, es una escuela de pasi¨®n", que la cautiv¨® hasta llegar a obsesionarla nada m¨¢s entrar en una de sus m¨¢s afamadas aulas. Se prend¨®, se enamor¨® de la m¨²sica de H¨¦ctor Piazzolla cuando en Par¨ªs, hace tres a?os, asisti¨® a su espect¨¢culo Tango argentino: "All¨ª vi bailar por primera vez a Pablo Ver¨®n y qued¨¦ fascinada", en el borde del estupor. La mujer vol¨® inmediatamente a Argentina y dej¨® abandonado en su mesa de trabajo londinense, en el lado cercano a la papelera, el gui¨®n de una pel¨ªcula, Rage, en el que estaba sumergida: ', Aterric¨¦ en Buenos Aires con una idea fija: tomar lecciones de tango". Y pas¨® semanas, meses, noche tras noche hasta el alba, bailando tangos y m¨¢s tangos secuestrada "por el gozo f¨ªsico y espiritual de este juego de entrelazamiento de cuerpos".
Sally Potter roza los cincuenta a?os, pero para ella trabajar no es una fuente de cansancio y de quebranto, sino "un acto de amor, incluso en sentido libidinoso. Por eso", prosigue la cineasta brit¨¢nica, "mezclar este rasgo de mi car¨¢cter con la sensualidad del tango y con la atracci¨®n que sent¨ªa por Pablo Ver¨®n hizo arder mis emociones. Y me las arregl¨¦ para contagiar con la magia de este ardor, primero a la escritura de la pel¨ªcula; y despu¨¦s a las im¨¢genes".
"No fue f¨¢cil", a?ade Sally Potter, "pero convenc¨ª a Pablo Ver¨®n de que era imprescindible para la pel¨ªcula que esta emoci¨®n de que hablo estallase en nuestros bailes, de que frente a la c¨¢mara ambos deb¨ªamos no s¨®lo bailar sino tambi¨¦n introducir en los tangos los componentes interiores, emocionales, que s¨®lo el rostro puede formalizar y transmitir, como son el llanto, el goce, el miedo, el agradecimiento, el estupor, el dolor".
Y sin nada de por medio que distrajese la mirada. Por lo que, aunque empleando algunos negativos de color, la cineasta decidi¨® filmar los encuentros danzados entre Pablo Ver¨®n y ella en un estricto blanco y negro, colores que ella considera b¨¢sicos, primordiales en la imagen cinematogr¨¢fica.
"S¨®lo el blanco y negro", dice Sally Potter, "puede crear la ilusi¨®n m¨¢gica del claroscuro, de una aut¨¦ntica ruptura de l¨ªmites entre luz y sombra y entre cuerpo y cuerpo, que es mi manera de ver esta expresi¨®n ritual danzada del hecho' de amar, de luchar y de vivir".
Universalizaci¨®n
Habla mucho y est¨¢ dando mucho que hablar aqu¨ª esta elegante se?ora brit¨¢nica, delgada, de mirada oscura, con rasgos largos y angulados en un rostro de mujer adulta encaramado sobre un cuerpo (casi ani?ado) de adolescente tard¨ªa o tal vez incorregible. Y todo indica que su pel¨ªcula, sin armar colas ni alborotos, contribuir¨¢ mucho a la nueva marea (desde hace unos a?os imparable) de universalizaci¨®n del inagotable misterio del baile arrabalero porte?o.
Mientras tanto, las pel¨ªculas del concurso en este 54? Festival de Venecia se han estancado en un tono medio tirando a bajo. Tras la nader¨ªa francesa El s¨¦ptimo cielo, de Benoit Jacquot, llegaron una rutinaria y previsible road movie estadounidense titulada Niagara Niagara, que sin ser totalmente mala nada aporta al g¨¦nero; y dos incomestibles empanadas mentales napolitanas: Paseo de la Luna entre la Tierra y el mar y Los vesubianos, que presumiblemente no saldr¨¢n del cerco del consumo casero italiano. Por contra, el polaco Jerzy Stulir trajo una inteligente y notable Historia de amor, pel¨ªcula muy deudora del estilo del fallecido Krysztof Kieslowski que tiene fuerza, precisi¨®n, humor y verdad dentro.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.