Las minas de Diana
LA PRINCESA de Gales se hab¨ªa comprometido personalmente en una campa?a para la prohibici¨®n total de las minas antipersonas, que la llev¨® a Angola y Bosnia. Su muerte en accidente ha coincidido, a modo de tr¨¢gico homenaje, con la apertura ayer en Oslo de una conferencia internacional sobre estas mort¨ªferas armas que ignoran la condici¨®n -ni?o, mujer u hombre, combatiente o no- del que tiene la desgracia de posar su pie encima. Estas minas, de las que se calcula que hay 110 millones enterradas en el mundo, mutilan o matan a una persona cada 20 minutos, seg¨²n la Cruz Roja. Son baratas y f¨¢ciles de diseminar, pero muy caras de localizar y desactivar. Por eso, hay que prohibirlas.Hasta ahora los intentos internacionales han resultado insuficientes. En 1996, 55 pa¨ªses suscribieron un protocolo al Convenio de la ONU sobre Armas Convencionales de 1980 que obliga a equipar estas armas con mecanismos de autodesactivaci¨®n y autodestrucci¨®n. Pero la ¨²nica soluci¨®n coherente es la prohibici¨®n total del uso, almacenamiento, fabricaci¨®n y exportaci¨®n de ¨¦stas y otras armas similares. Para lograrlo, Canad¨¢ abri¨® hace un a?o, con algunos Estados m¨¢s, el proceso que habr¨ªa de desembocar, tras la conferencia de Oslo, en un Tratado que deber¨ªa firmarse en diciembre para prohibir la fabricaci¨®n de estas armas a partir del 2000. No ser¨¢ f¨¢cil, ni necesariamente efectivo, al no participar China ni Rusia, dos de los principales fabricantes de estas minas. EE UU, reticente a estar en la reuni¨®n de Oslo, cambi¨® de actitud hace unas semanas, quiz¨¢ con la esperanza de frenar una prohibici¨®n total que no desea y plantear una excepci¨®n para el uso de esas armas en la zona de separaci¨®n entre las dos Coreas.
Sin embargo, la corriente de opini¨®n -que Diana tambi¨¦n impuls¨®- est¨¢ a favor de la prohibici¨®n total. B¨¦lgica y el Gobierno laborista de Tony Blair han dado pasos decisivos en este sentido. En Espa?a, donde est¨¢ en vigor desde marzo de 1996 una moratoria indefinida a la exportaci¨®n de estas minas antipersonas, el Congreso pidi¨® al Gobierno por unanimidad una propuesta de ley para su prohibici¨®n total. La reuni¨®n de Oslo es una ocasi¨®n para que el Gobierno de Aznar d¨¦ pruebas contundentes de que no tiene ninguna reticencia al respecto.
Pero no basta con la prohibici¨®n. Es necesario dedicar fondos y tecnolog¨ªa para la b¨²squeda y supresi¨®n de las que ya est¨¢n activas. Al ritmo actual -100.000 al a?o- se tardar¨ªa m¨¢s de un milenio en eliminar las ya las plantadas, sin contar los 20 millones de nuevas minas que se colocan cada a?o. El ¨¦xito de Oslo dar¨ªa un significado real al minuto de silencio que se guard¨® ayer en memoria de la princesa fallecida.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.