Culebr¨®n de verano en el poder de Rusia
Un a?o despu¨¦s del duelo por la presidencia de Rusia entre Bor¨ªs Yeltsin y Guennadi Ziug¨¢nov, otro duelo, de consecuencias imprevisibles, opone a los principales proveedores de fondos del presidente. Y detr¨¢s de ellos est¨¢n las personalidades clave del Gobierno. Esta vez, los contendientes son, por un lado, VIad¨ªmir Potanin, presidente del gran banco Onexim y hasta el mes de marzo viceprimer ministro, y, por el otro, Bor¨ªs Berezovski, secretario adjunto del Consejo de Seguridad Nacional, tambi¨¦n banquero y, seg¨²n la revista estadounidense Forbes el hombre m¨¢s rico de Rusia. Ambos son grandes magnates de la prensa. Desde principios de a?o, Pota?in ha conseguido adquirir los principales peri¨®dicos del pa¨ªs, c¨¦lebres durante el periodo sovi¨¦tico: Izv¨¦stia, Komsom¨®lskaya Pravda, Trud, Tribuna Obrera y unos cuantos m¨¢s; Berezovski s¨®lo cuenta con Nezavissimaya Gazeta (peri¨®dico independiente), pero es el rey de las ondas, gracias al control de la ORT, la principal cadena de televisi¨®n nacional. Sobra comentar que la lucha entre estos dos personajes se traduce en golpes inconcebibles en los medios de comunicaci¨®n que literalmente dejan anonadada a la opini¨®n p¨²blica. Cada uno de estos contendientes cuenta con padrinos en las m¨¢s altas instancias del Gobierno que corren el riesgo de sufrir las consecuencias de su pelea sin que un simple mortal pueda saber cu¨¢l de ellos est¨¢ m¨¢s amenazado. La oposici¨®n, todav¨ªa de vacaciones, no dice nada y espera a la sesi¨®n de oto?o de la Duma para obtener los dividendos de esta guerra fratricida en el bando yeltsiniano.
Las hostilidades estallaron este verano debido a la privatizaci¨®n del 25% de las acciones del gigante ruso de las telecomunicaciones, Sviazinvest. La empresa italiana Stet ya las compr¨® el a?o pasado, pero el contrato fue anulado al negar se el Kremlin a dejar en manos extranjeras un sector tan importante de la econom¨ªa. Por tanto, se decidi¨® subastar este paquete de acciones entre compradores rusos, fijando el precio de salida en m¨¢s de 1.000 millones de d¨®lares (150.000 millones de pesetas). Unicamente dos fondos de inversi¨®n fueron capaces de realizar ofertas; la mejor -1.890 millones de d¨®lares (283.500 millones de pesetas)- fue la de VIad¨ªmir Potanin. "Es la primera privatizaci¨®n honrada en nuestro pa¨ªs", exclam¨® Bor¨ªs Nemtsov, el joven viceprimer ministro, olvidando en parte que los promotores de las anteriores privatizaciones, Anatoli Chub¨¢is y dem¨¢s, se sientan a su lado en el Gobierno. Pero no fueron ellos los que tacharon su afirmaci¨®n de falsa.
De forma repentina, el programa Vremia de la ORT y otro espacio de la cadena privada NTV lanzaron un ataque feroz contra VIad¨ªmir Potanin, exigiendo una comisi¨®n de investigaci¨®n sobre la venta "ama?ada" de las acciones de Sviazinvest. El peri¨®dico de Bor¨ªs Berezovski, Nezavissimaya Gazeta, hundi¨® a¨²n m¨¢s el dedo en la llaga al realizar un retrato mordaz de Potanin, este antiguo responsable del Koinsomol (Organizaci¨®n de la Juventud Comunista sovi¨¦tica) en el Ministerio de Comercio Exterior convertido en banquero por la gracia de no se sabe qui¨¦n. Con su banco, Onexim, amasa millones, pero siempre en silencio -"No es un Cicer¨®n"-, hasta el.punto de que, durante mucho tiempo, se crey¨® que no era m¨¢s que un testaferro de alguien m¨¢s brillante y m¨¢s elocuente. Pero en la actualidad, prosigue el autor del editorial, este joven nuevo rico de 37 a?os tiene como objetivo nada menos que la presidencia de Rusia. Al d¨ªa siguiente, Bor¨ªs Nenitsov, en una larga entrevista con Komsom¨®lskaya Pravda (es decir, en un ¨®rgano de Potanin), respondi¨® que no ceder¨¢ ante el chantaje de los due?os de las televisiones, dando a entender que ¨¦stos -Berezovski y Gusinski- hab¨ªan intentado influir en ¨¦l para poder hacerse, fuera de concurso y a bajo coste, con el muy apetecible paquete de acciones de Sviazinvest. "No quieren que haya reglas justas. Quieren un capitalismo de bandidos", dijo.
Era hablar fuerte, pero de un modo muy imprudente, subestimando a sus adversarios. A Berezovski y a sus aliados no les cost¨® nada replicar que es un atrevimiento presentar a VIad¨ªmir Potanin como un modelo de honradez. ?ste ya ha sido procesado por malversaci¨®n de 237 millones de d¨®lares (35.550 millones de pesetas) que fueron entregados a su banco para financiar una venta de aviones a la India y que desaparecieron sin dejar rastro. Adem¨¢s, Potanin pretende que en su empresa participa Deutsche Bank, el- mayor banco privado alem¨¢n, dispuesto a invertir en las telecomunicaciones rusas, cuando en realidad se trata de Deutsche Morgan Grenfell, una sociedad burs¨¢til angloalemana especializada en especular en la City de Londres. Por ¨²ltimo, y en este caso el tiro parece acertado, el verdadero comprador de Sviazinvest no es otro que George Soros, que puso 1.000 millones de d¨®lares (150.000 millones de pesetas) en la oferta ganadora de 189.000 millones de d¨®lares. Por tanto, se ha vendido a otro extranjero lo que le fue negado a Stet, y a un extranjero poco recomendable: Nazavissimaya Gazeta reprodujo de forma extensa el discurso del primer ministro de Malaisia, Mohathirbin Muhamad, en el que acusaba a George Soros de realizar las peores especulaciones contra las monedas de los pa¨ªses asi¨¢ticos y lo presentaba como palad¨ªn del imperialismo estadounidense. Soros reconoci¨® haber invertido unos mil millones de d¨®lares escasos en Svizinvest -en realidad, 980 millones de d¨®lares (147.000 millones de pesetas)- porque Bor¨ªs Nenitsov le convenci¨® de que, a partir de ahora, los derechos de los accionistas ser¨¢n respetados en Rusia. Esta explicaci¨®n parece un poco pobre, viniendo de un hombre que dos a?os antes afirmaba que "el capitalismo salvaje ruso representa uno de los mayores peligros para la econom¨ªa mundial".
Sea lo que sea, Bor¨ªs Nemtsov, al situarse en primera l¨ªnea, se ha convertido en un blanco f¨¢cil para los medios de comunicaci¨®n de Berezovski y Gusinski. Echan por tierra punto por punto todo lo que Nemtsov y sus amigos consideran como grandes logros; de este modo, la reforma en la direcci¨®n de Gazprom, que deber¨ªa haber permitido encontrar dinero para pagar los retrasos en el pago de las jubilaciones, en realidad se tradujo en el descenso del precio de las acciones de esta gran empresa, algo muy perjudicial para Rusia. "De esta forma hemos perdido m¨¢s de 2.000 millones de d¨®lares (300.000 millones de pesetas), es decir, m¨¢s de lo que supuso la venta de las acciones de Sviazinvest", afirma el clan anti-Nemtsov. Y eso no es todo: el precio obtenido por Nemtsov para las telecomunicaciones rusas es inferior al que la Rep¨²blica Checa obtuvo por las suyas. "Compare la extensi¨®n de estos dos pa¨ªses y comprender¨¢ que la subasta honrada no fue m¨¢s que un fracaso", prosiguen, y este argumento cala en la opini¨®n p¨²blica. Y lo que es m¨¢s, V¨ªctor Chernomirdin, el inamovible primer ministro, abandon¨® su discreci¨®n e hizo saber que el trato cerrado con el banco Onexim no era bueno. Asimismo, se opuso al despido de Sergu¨¦i Dovenko, el irrespetuoso editorialista del programa Vremia que insult¨® a Nenitsov y a "sus amigos los soplones".
Este culebr¨®n de verano sobre la guerra en la cumbre rusa est¨¢ lejos de haberse termina do. Las querellas por difama ci¨®n se multiplican: Nerntsov contra Novaya Gazeta, el se manario de su amigo YavIinski, Gusinski contra Potanin, y la lista se ampl¨ªa cada d¨ªa. Se g¨²n Nezavissimaya Gazeta, esto no acabar¨¢ hasta que no tenga lugar una profunda reorganizaci¨®n gubernamental; otros hablan de la "auto destrucci¨®n" de esta ¨¦lite financiera rusa que, al no temer ya a los comunistas, sucumbe a sus peores instintos. Por su parte, Moskovskie Novosti deplora el hundimiento de Bor¨ªs Nemtsov, que acaba de per der, seg¨²n este semanario, "su oportunidad de convertirse en el zar Bor¨ªs II, sucesor en el a?o 2000 de Bor¨ªs Yeltsin". Otros, m¨¢s optimistas, piensan que el fiscal general de la Rep¨²blica, Yuri Skuratov, tarde o temprano determinar¨¢ el desempate de los conten dientes del verano de 1997. De hecho, hace un llamamiento para que se realice una opera ci¨®n manos limpias del tipo italiano que, desgraciadamente, no figura en el orden del d¨ªa en Rusia.
El consejero econ¨®mico de Yeltsin, Alexandr Lifchits, record¨® con tono de desencanto: "Se supone que los que tienen el dinero y el poder deben actuar en favor del bien com¨²n y no tirarse de los pelos como verduleras; paren este sabotaje". ?Pero no llega este consejo a toro pasado y no es cierto que est¨¢ dirigido a hombres que ignoran la noci¨®n del "bien com¨²n"?
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