Pesetas, ?y c¨®mo?, y vino
En este espacio que linda la vida movi¨¦ndose por entre las necesidades y las posibilidades del est¨®mago y otros pliegues y repliegues, ?cu¨¢les son los criterios que cuentan para que un restaurante figure aqu¨ª y otro no? Que sepan todos los que preguntan, claro est¨¢: lo que m¨¢s nos interesa, siempre, es la credibilidad, esto es, intentar contar la verdad a costa de todo lo que pueda ser un obst¨¢culo para ello (m¨¢s tangible: es lo contrario de la pol¨ªtica); a largo plazo s¨®lo el intento obstinado por alcanzar la verdad har¨¢ cre¨ªble lo anotado aqu¨ª. M¨¢s: no escribir ni citar jam¨¢s los resturantes malos, abundantes; se pretende s¨®lo recomendar lo bueno. Otro criterio b¨¢sico: sitios razonables en materia de precios, pero que respeten lo m¨¢s posible las tres condiciones que pueden definir a un restaurante: la comida, naturalmente, que en Espa?a es m¨¢s veces buena que mala; el local y clima creado; el servicio, que suele fallar estrepitosamente, y el vino, asignatura tambi¨¦n m¨¢s que descuidada por la inmensa mayor¨ªa de los restaurantes. No para descargar la responsabilidad de los restauradores, sino para consuelo en todo caso, si alguien lo necesita, habr¨¢ que subrayar que el poco esmero en el servicio y en el vino se apoya en la complicidad de los clientes, que, en gran mayor¨ªa, s¨®lo le echan cuenta a la comida.Un criterio suplementario: que los restaurantes de tres estrellas o de cinco o de las que sean se justifiquen. ?Por qu¨¦ negarles su categor¨ªa y sus precios altos a los grandes restaurantes que honran el fuste, talante y rango gastron¨®mico de Espa?a? Eso s¨ª, que evidencien a diario y sin falle, las ocho, nueve, diez mil pesetas y m¨¢s (seg¨²n el, vino, amigo de las nubes) que solicitan por comida: tres restaurantes de gran altura, como Zalaca¨ªn (9156148 40), Jockey (91319 24 35) y El Bodeg¨®n (91562 31 37), son s¨ªmbolos de superaci¨®n permanente, es decir, de profesionalismo. Y no decepcionan a quien sabe valorar la mesa; y, como en el Pa¨ªs Vasco desde hace a?os, se extiende la costumbre de mucha gente joven, y menos joven, que no puede pagar con frecuencia esos precios, pero ahorran met¨®dicamente para homenajearse de tiempo en tiempo. Lo grave a este nivel son los atracadores: restaurantes a patadas en los que cobran mucho m¨¢s que los tres citados y s¨®lo sirven infamia; no en la comida, que eso se salva m¨¢s o menos en general; pero s¨ª en el servicio y en el trato al cliente, absolutamente catetos; y en los vinos, de los que no entienden pr¨¢cticamente nada.
De los sitios baratos (1.800 pesetas el men¨²), Casa Mundi (91 446 60 06) es enternecedor porque empalma con el bar del mismo nombre y da la talla para comer sus gambas a la plancha y su arroz con leche finalmente suculentos. Y es inimaginable imaginar el gran servicio y el local de clase y el ambiente bello y festivo del buffet diario de La Terraza (91 575 11 12); de inicio, el comensal se sirve a placer toda suerte de ensaladas, ensaladillas, fiambre, hasta la posibilidad de probar unos treinta entremeses diferentes; y a ontinuaci¨®n se le ofrece en su mesa uno de los cinco platos calientes del d¨ªa; y luego ¨¦l el¨ªje toda la gama de postres del buffet. Y listo: pagar 1.600 pesetas.
Y despu¨¦s de lo dicho, que toda la relatividad humana se salve. Gracias.
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