Samaranch, reelegido hasta el 2001
Juan Antonio Samaranch fue reelegido ayer como presidente del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional (COI) hasta el a?o 2001. Seg¨²n se esperaba, ning¨²n otro candidato se present¨® para una posible elecci¨®n y el dirigente espa?ol seguir¨¢ por un ciclo m¨¢s de cuatro a?os. Desde su trono inamovible sacar¨¢ hoy adelante la lucha m¨¢s encarnizada que se ha producido en la historia por la organizaci¨®n de una sede de los Juegos Ol¨ªmpicos. Cinco ciudades aspiran a la edici¨®n del 2004 y Roma parece llegar a la recta final con mejor sprint que Atenas, Buenos Aires, Estocolmo o Ciudad del Cabo.
Fue a las cinco de la tarde, una hora muy espa?ola para un primer espada. Al no haber rivales, el campe¨®n retuvo el t¨ªtulo. Samaranch volvi¨® a saborear las mieles del triunfo y a esbozar esa sonrisa tan suya de ¨ªntima satisfacci¨®n al verse aclamado una vez m¨¢s por amigos y por enemigos. Siempre con alg¨²n enemigo -quiz¨¢ m¨¢s envidioso que enemigo-, pero inevitablemente aclamado. Como en Puerto Rico, en 1989, o en Montecarlo, en 1993, las dos veces que siguieron a su primera elecci¨®n en las v¨ªsperas de los Juegos de Mosc¨², en 1980, cuando irrumpi¨® en la gran escena del deporte mundial. Un espa?olito en la cumbre, algo que han tardado en digerir muchos pa¨ªses y que ha seguido d¨¢ndoles malas digestiones durante todos estos a?os a otros.Samaranch tiene 77 a?os y se plante¨® varias veces dejar el cargo, especialmente despu¨¦s de los Juegos de Barcelona 82. Pero su propia gloria se lo ha impedido. Ha creado un gigante y lo maneja tan bien, y le gusta tanto, que no ha encontrado el momento de dejarlo. Tampoco ten¨ªa sentido hacerlo, salvo por prescripci¨®n m¨¦dica. Pero incluso su buena salud, labrada tambi¨¦n con una disciplina de vida ordenada y con ejercicios diarios, le ha empujado a seguir tras conseguir ampliar el l¨ªmite de edad de la jubilaci¨®n desde los 75 a los 80 a?os. A ¨¦l se le permitir¨¢ la propina para terminar con los 8 1. Entonces, si lo culmina, con 21 a?os en el cargo, superar¨ªa los 20 del norteamericano Avery Brundage -1952-1972- y quedar¨ªa s¨®lo tras el fundador, Pierre de Coubertin -1896-1925-.
Su fortaleza proviene de su tremendo autocontrol, pues pocas veces pierde los nervios. Tampoco hoy, pese a que estar¨¢ nuevamente en primera l¨ªnea de la ¨²ltima gran batalla: la elecci¨®n de la sede ol¨ªmpica del 2004. Para ¨¦l, de nuevo rey, ser¨¢ como un juego m¨¢s, pese a que el goloso caramelo econ¨®mico y de promoci¨®n que supone organizar unos Juegos ha sido esta vez mucho m¨¢s atractivo y ha provocado m¨¢s peleas que nunca. Por el camino quedaron seis ciudades: R¨ªo de Janeiro, Estambul, San Petersburgo, Lille, San Juan de Puerto Rico y Sevilla, eliminadas a primeros de marzo.
Hoy llega el ¨²ltimo esfuerzo y dentro del complejo mundo de los miembros del COI el hecho de que Roma parezca favorita ante Atenas, Ciudad del Cabo, Buenos Aires y Estocolmo no es tampoco una garant¨ªa. S¨ª lo es que los italianos no pierden nunca elecciones, algo bastante significativo cuando todas las aspirantes tienen puntos a favor y en contra. Y otra realidad: el COI no quiere aventuras (Atlanta lo fue, por ejemplo) y se ha dado cuenta que la mejor baza para mantener el negocio -su negocio- es la seguridad, la sede que no cree problemas. Y esa ahora es Roma.
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