Septiembre rojo
Confortado por la visita de Ziug¨¢nov y tras impartir una sobria lecci¨®n de derecho penal al Tribunal Supremo, Julio Anguita se encuentra en condiciones de imponer de una vez su ley en Izquierda Unida. Lo har¨¢ a partir del d¨ªa 10, tratando de conjugar el viejo objetivo, la eliminaci¨®n definitiva de Nueva Izquierda, con los de montar por fin la sucursal en Catalu?a y de propiciar el fracaso de la estrategia unitaria de Esquerda Unida en Galicia. En principio, eran metas compatibles, partiendo de la presencia anunciada de l¨ªderes de IC y PDNI en la campana electoral gallega, buen pretexto para motivar la expulsi¨®n de los segundos y la declaraci¨®n de incompatibilidad frente a Rib¨®, hoy por hoy enemigo p¨²blico n¨²mero uno. En cambio, no era previsible que Anguita llegase al punto de presentar candidatura propia en Galicia para sufrir un desastre inevitable en beneficio exclusivo de Fraga Iribarne. Adem¨¢s, ser¨¢ un gesto muy hostil hacia el PSOE de Almunia, con quien debiera preferir por el momento contemporizar mientras se sirve del hacha de puertas adentro. Lo m¨¢s ajustado era limitarse a provocar el m¨¢ximo de erosi¨®n apadrinando la escisi¨®n de sus fieles en EU-EG con la mirada puesta en el probable fracaso electoral del experimento unitario. Pero es claro que Anguita ha decidido acelerar la gran purga para mostrar, que en IU no cabe otra pol¨ªtica que la dictada por ¨¦l.El manual de comportamiento estaliniano, al que se estaban ajustando PCE e IU a lo largo de esta crisis, dictar¨ªa ahora una declaraci¨®n de voluntad unitaria hacia el PSOE. La apertura de conversaciones segar¨¢ la hierba bajo los pies de los cr¨ªticos mientras se realiza la poda. A Almunia le tocar¨ªa callar, en tanto que Anguita intentar¨¢ guardar las manos libres, incluso para echar todo por tierra cuando acabe con el problema interno. No digamos si tiene la fortuna de que una reforma del reglamento en el Congreso bloquee el eventual paso de diputados disidentes al grupo mixto. Adem¨¢s, especialmente en el tema de IC est¨¢ en condiciones de jugar con el tiempo, un factor que tambi¨¦n le favorece, como explicaba Alcaraz, en el calendario electoral. Por de pronto, puede estorbar en Galicia, luego reventar en Catalu?a y, por fin, esperar que en tres a?os, si las elecciones no se adelantan, todo est¨¦ olvidado. Claro que lo mismo pens¨® la direcci¨®n del PCE en 1981 y unas elecciones anticipadas arruinaron la previsi¨®n.
De cara a la opini¨®n p¨²blica, la explicaci¨®n ser¨¢ que las sanciones se justifican por atenerse a las normas de democracia interna. Otra vez el manual, pues nada es m¨¢s falso. Tenemos de un lado el castigo implacable al PDNI por la terrible infracci¨®n de ausentarse en el voto de la reforma laboral; de otro, en los casos catal¨¢n y gallego, el fomento por Anguita de una labor fraccional contra unas direcciones que act¨²an estatutariamente. As¨ª que no es cuesti¨®n de legalidad, sino de obediencia al airado timonel. Iniciativa per Catalunya es de iure independiente, mas ha de votar lo que dice el jefe de IU; en otro caso, ¨¦ste procede por las buenas a crear un v¨ªnculo con otro partido, el PCC, e impulsa la conversi¨®n de una minor¨ªa de IC en fracci¨®n secesionista. En Galicia, otro tanto. Toda una lecci¨®n pr¨¢ctica de lo que Zdanek Mlynar, te¨®rico de la Primavera de Praga, calificaba de gesti¨®n gansteril en el partido de tipo sovi¨¦tico.
En suma, de no existir un seguimiento ciego, el llamado coordinador desencadena cuando y como quiere una secuencia de destrucci¨®n, sanciones y previsibles expulsiones. Y como en el 68 de Praga, escenario reproducido aqu¨ª a modo de caricatura, la ¨²nica concordia posible es la sumisi¨®n, disfrazada o no de normalizaci¨®n. No importa para Anguita el riesgo de que desaparezca la izquierda de su propia tradici¨®n en Catalu?a. Prefiere unas siglas sobre unas ruinas, en tanto que el PCE mantenga un residuo de espacio electoral gracias a la m¨¢scara pluralista de IU. Para el momificado comunismo de siempre, el de Anguita y Monereo, Frutos y Alcaraz, es un rentable "reinar despu¨¦s de morir" que de paso sofoca toda perspectiva de izquierda democr¨¢tica.
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