Ahora se entiende
EL CONSEJO General del Poder Judicial considera de "extraordinaria gravedad" los hechos desvelados por el juez Garz¨®n en su auto sobre la recusaci¨®n de Javier G¨®mez de Lia?o. El ¨®rgano de gobierno de los jueces ha decidido solicitar la intervenci¨®n inmediata del fiscal general del Estado a la vista de los indicios de delito. Fue Lia?o quien pidi¨® que la inspecci¨®n investigara la actuaci¨®n de Garz¨®n, pero el Poder Judicial rechaza su petici¨®n y propone abrir una causa penal para investigar los hechos relatados en el auto, que, de confirmarse, constituyen cuando menos un delito evidente de prevaricaci¨®n. El portavoz de Jueces para la Democracia a?adi¨® que los hechos denunciados supondr¨ªan una aut¨¦ntica conspiraci¨®n para cometer un delito contra los derechos individuales de ciertas personas. Precisamente porque no se trata de simples irregularidades, sino de graves delitos, la intervenci¨®n del fiscal general era inexcusable. Dada la condici¨®n de magistrados de la Audiencia Nacional de algunas de las personas investigadas, la causa deber¨¢ instruirla el Tribunal Supremo.Los hechos son desde luego grav¨ªsimos. Garz¨®n afirma haber tenido conocimiento extraprocesal, a trav¨¦s de amigos suyos, de reuniones del juez instructor del caso Sogecable con el denunciante del mismo, Jaime Campmany, as¨ª como con otras personas que, seg¨²n testimonios prestados ante ¨¦l, trataban de de orientar la causa de la manera que perjudicase lo m¨¢s posible a PRISA, la empresa editometer en la c¨¢rcel a Jes¨²s de Polanco y ra de EL PA?S. A la luz de esas revelaciones se entienden mejor algunos pronunciamientos, incluidas fulminantes retiradas de confianza. Inmediatamente despu¨¦s de que Cebri¨¢n presentara su escrito de recusaci¨®n y de que propusiera determinadas diligencias de prueba -que Garz¨®n acept¨®-, el diario El Mundo advirti¨® en t¨¦rminos inequ¨ªvocamente amenazantes a su antiguo h¨¦roe de que no le perdonar¨ªa otra cosa que no fuera "archivar" la recusaci¨®n (7 de julio) o, mejor, arrojarla "a la papelera" (29 de julio).
Del auto se deduce la existencia de una trama en la que se mezclan en alegre tropel jueces, fiscales -el clan de los indomables, objeto de cerrada defensa por parte de El Mundo-, el periodista Campmany y, sobre todo, el abogado y columnista de ese mismo diario Antonio Garc¨ªa Trevijano. ?ste aparece retratado como el cerebro de un enredo cuyo objetivo "pol¨ªtico" ser¨ªa "acabar con el actual sistema pol¨ªtico". Que jueces y fiscales participen en una trama para mantener abierta una causa por tiempo indefinido e incluso para encarcelar a un ciudadano que en este caso es adem¨¢s presidente del primer grupo de comunicaci¨®n de Espa?a, con el prop¨®sito de da?ar a una empresa que resulta inc¨®moda al Gobierno de Aznar, de donde naci¨® el inf¨®rme que se utilizar¨ªa para la querella, es el esc¨¢ndalo m¨¢s grave de la justicia espa?ola en muchos a?os. Los tribunales dir¨¢n si es o no rid¨ªcula -como dijo ayer Aznar- la pregunta sobre qu¨¦ secretario de Estado encarg¨® tal informe.
Pero la instrucci¨®n practicada por Lia?o ya era un esc¨¢ndalo muy grande antes de que Garz¨®n lo pusiera negro sobre blanco. En ning¨²n pa¨ªs del mundo se considerar¨ªa normal que el juez que instruye' una causa y la persona cuya denuncia est¨¢ en el origen de la misma exhiban su relaci¨®n familiar y amistosa. No es normal que ese juez admita sin mayores averiguaciones la de nuncia de su allegado, que eternice la instrucci¨®n, que retenga en un caj¨®n durante dos meses el recurso de sobreseimiento para que los acusados no puedan dirigirse a la sala, que adopte medidas cautelares espectaculares y dosifique las declaraciones de los querellados para mantener la atenci¨®n -sobre todo de TVE - hacia el caso. Con lo que hoy se sabe, lo menos que puede decirse es que Lia?o ha instruido el caso de acuerdo con el plan destapado por Garz¨®n. Entre otras cosas, Trevijano se convirti¨® de hecho en abogado de la compa?era de Lia?o -la fiscal M¨¢rquez de Prado- tal como se acord¨® para buscar una coartada a los frecuentes contactos entre ellos.
G¨®mez de Lia?o ha sido expresamente desautorizado por la sala correspondiente en la media docena de recursos vistos hasta el momento contra aspectos de su instrucci¨®n. El presidente de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, el Consejo del Poder Judicial y las principales asociaciones de jueces llamaron la atenci¨®n sobre la "extra?a actitud" del instructor y reprobaron algunas iniciativas tan extravagantes como la de sugerir que se acusase de prevaricaci¨®n a los magistrados que hab¨ªan resuelto el recurso sobre la declaraci¨®n de secreto de las actuaciones, o su sugerencia, en un auto, de que los suscriptores de Canal + se querellaran contra esa cadena. No se trata, por tanto, de un simple enfrentamiento de la palabra de unos contra la de otros, sino de unos hechos, a simple vista incomprensibles, que encuentran un sentido a la luz de las revelaciones concordantes de Garz¨®n y al menos uno de los testigos que han comparecido ante ¨¦l.
No es, desde luego, un asunto trivial, ni rid¨ªculo, ni marginal. El Supremo debe ser capaz de llegar hasta el final. Tal vez ese d¨ªa sepamos tambi¨¦n qu¨¦ hac¨ªa un secretario de Estado encargando al presidente del Colegio de Economistas de Madrid un informe sobre las cuentas de Sogecable que ser¨ªa el instrumento de la conjura judicial. Mientras tanto, varios consejeros de esta empresa siguen sometidos a las medidas cautelares que dict¨® Lia?o en medio de toda la confabulaci¨®n. Viene al caso recordar que Jes¨²s de Polanco, presidente de este peri¨®dico, tuvo que depositar una fianza de 200 millones para evitar que el juez le enviara a prisi¨®n.
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