Hollywood en el Pisuerga
Con una temperatura francamente desabrida y brisas que anunciaban la inminencia del oto?o, Pucela se dispuso a recibir al Rey del Pop en el concierto que ha sido de hecho el fin de su gira europea. No obstante, el recinto futbol¨ªstico escogido, con capacidad para unas 60.000 personas, no vio llena m¨¢s de la cuarta parte -se vendieron algo m¨¢s de 20.000 entradas- y hubo grandes claros en las gradas y el c¨¦sped.El p¨²blico asistente reun¨ªa gentes de todas las edades: estaban los eternos fans adolescentes del ¨ªdolo, pero tambi¨¦n personas de edad m¨¢s que adulta. Otro detalle fue la profusi¨®n de aspectos atildados -precio de la entrada obliga- Los perritos calientes estaban francamente crudos y costaban la friolera de 400 pesetas. Pero al menos hab¨ªa cerveza de verdad, tirada en cortas ca?as al precio de 300 pesetas por unidad.
Michael Jackson
Michael Jackson (voz), Brad Buxer (direcci¨®n musical y teclados), Jennifer Batten (guitarra), Freddie Washington (bajo), lsaiah Sanders (teclados), Jonathan Moffett (bater¨ªa), Kevin Dorsey, Dorian Holley y Fred White (coros) y La Velle Smith, Ritchinond Talauega, Anthony Talauega, Christian Judd, Staey Walker y Faune Chambers (bailarines). Estadio Zorrilla. 7.000 pesetas. S¨¢bado, 6 de septiembre.
La mercadotecnia funcionaba estupendamente, como no pod¨ªa ser menos en la gira en directo de este fabricante de sue?os capaz de dejar a Walt Disney a la altura del bet¨²n. El objeto m¨¢s comercializado en este caso eran dos dedos de pl¨¢stico que hac¨ªan el signo de la victoria y que se encend¨ªan en lucecitas rojas y verdes. Tambi¨¦n hab¨ªa asientos con forma de mano para aliviar la dureza de las gradas del estadio.
Como telonero habitual de Michael Jackson en sus conciertos en nuestro pa¨ªs, el espa?ol H¨¦ctor Dona realiz¨® una actuaci¨®n de 20 minutos en las que exhibi¨® buenas maneras con su flamenco-fusi¨®n con sabor a chiringuito marbell¨ª. Fue muy aplaudido, especialmente por su familia, que asist¨ªa c¨®modamente sentada en la grada de la zona vip.
A falta de tres minutos para el inicio de la actuaci¨®n de Michael Jackson, surgi¨® la inevitable imagen de la difunta Lady Di en las pantallas de v¨ªdeo, y la voz del cantante luch¨® por imponerse al emocionado aplauso general -cosa cuando menos curiosa-.A esas alturas, Omar, argentino de 16 a?os y estudiante en Valladolid, s¨¦ atusaba el peinado a lo Michael Jackson y gritaba emocionado: "?No me lo creo! ?Ah¨ª sale!". Su novia Susana, de Medina del Campo, asent¨ªa igual de embelasada. Efectivamente, ah¨ª estaba, portando un brazalete negro en honor de la princesa.
Tras un preludio de ciencia ficci¨®n, realidad virtual y dem¨¢s zarandajas de espectacularidad asegurada, Jackson se disfraz¨® de un mont¨®n de cosas: de humanoide en Seream, de g¨¢nster en Smooth Criminal, de abrazador de espont¨¢neos en un sentido Medley de grandes ¨¦xitos de la Tamla Motown, de monstruo en Thriller, de macarra en Beat it... Pero es de ley reconocer que, pirotecnia, disfraces y tecnolog¨ªa aparte, por debajo siempre estaba el soporte imparable de unas m¨²sicas que ya tararea el mundo entero, unas melod¨ªas que dejan siempre a Michael Jackson en un lugar extraordinario como mago del sonido pop m¨¢s efectivo.
El p¨²blico disfrut¨® lo indecible con tama?o espect¨¢culo y agradeci¨® con gritos de "?torero, torero!" el hecho de que Michael Jackson hubiera tra¨ªdo Hollywood a la vera del Pisuerga.
Babelia
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