Total entrega
LA MADRE Teresa de Calcuta fue un ser de una calidad humana y humanitaria fuera de lo com¨²n, que se granje¨® el respeto de muchos seguidores de otras religiones y de no creyentes. Esta monja cat¨®lica, totalmente entregada a socorrer al pr¨®jimo, dedic¨® su vida a los m¨¢s pobres entre los pobres, a los moribundos abandonados en las calles de Calcuta, s¨ªmbolo y realidad de la miseria urbana extrema. En un mundo en el que la exclusi¨®n y la marginaci¨®n son fen¨®menos crecientes, la madre Teresa llen¨®, con su diminuta figura, un enorme hueco. Aunque resultar¨ªa desproporcionado compararla con Diana de Gales, pese a que Clinton lo haya hecho, s¨ª hay que reconocer que a la madre Teresa le un¨ªa algo a la princesa con la que tan bien congeniaba, y esto es un saber hacer medi¨¢tico que constituye hoy d¨ªa un arma de movilizaci¨®n de sentimientos de una eficacia abrumadora.Pero el m¨¦rito de la madre Teresa ni fue meramente espiritual ni medi¨¢tico, sino que radica en su car¨¢cter de mujer de acci¨®n, que mantuvo hasta su muerte, a los 87 a?os. Su obra pervive con la orden religiosa que cre¨® de las Misioneras de la Caridad y, sobre todo, con su ejemplo. Se le ha reprochado su activismo en contra del aborto y de la contracepci¨®n, especialmente en un pa¨ªs hiperpoblado como la India. Pero, m¨¢s all¨¢ de esto, su ¨ªmpetu vital no parec¨ªa dirigido tanto a salvar almas cuanto a ayudar a los m¨¢s miserables de los miserables, a brindarles protecci¨®n y afecto antes que conversi¨®n. "Nuestro criterio de ayuda no es de creencias, sino de necesidades", sol¨ªa decir esta mujer de bien.
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