La presidenta serbobosnia dice que las urnas traen una democratizaci¨®n imparable

La presidenta serbobosnia, Biljana Plavsic, declar¨® ayer, tras votar en Banja Luka, que las elecciones municipales significan el comienzo imparable de la democratizaci¨®n de Bosnia, pese a que su propio partido, fundado a finales de agosto con el prop¨®sito de liquidar a la camarilla de su predecesor, Radovan Karadzic, no puede concurrir a los comicios. El apoyo de que goza Plavsic en la Rep¨²blica Serbia se medir¨¢ por los votos que obtenga el partido gobernante, leal a Karadzic, que hasta ahora ha monopolizado sin fisuras el poder.

Pese al juicio de Plavsic o el del alto representante internacional, Carlos Westendorp ("Es un d¨ªa feliz para la democracia"), estas elecciones tienen poco que ver con unos comicios democr¨¢ticos. No s¨®lo porque siguen en libertad y manteniendo su poder e influencia los principales responsables de cr¨ªmenes atroces, sino porque los tres partidos ultranacionalistas que gobiernan las tres partes de Bosnia-Herzegovina, los partidos de la guerra, saben de antemano cu¨¢l ser¨¢ el resultado previsible en las localidades clave.No han tenido m¨¢s que examinar detenidamente los registros, que les fueron facilitados hace dos semanas por la Organizaci¨®n para la Seguridad y la Cooperaci¨®n en Europa (OSCE), organizadora de los comicios. Para evitar el fraude de las generales de hace un a?o, la OSCE ha obligado esta vez a los votantes a inscribirse previamente. En el proceso se destaparon flagrantes intentos de fraude orquestados por los l¨ªderes musulmanes, croatas y serbios.

Tras 21 meses de paz, entendida como el silencio definitivo de los ca?ones, Bosnia-Herzegovina est¨¢ fragmentada en tres pseudoestados en cada uno de los cuales domina abrumadoramente el partido nacionalista que representa la etnia representante del Ej¨¦rcito vencedor.

Del largo proceso emprendido por la OSCE ha resultado un censo de dos millones y medio de personas con derecho a voto, incluyendo los m¨¢s de 400.000 bosnios inscritos en pa¨ªses donde permenecen refugiados. Junto con el registro de los votantes, la asunci¨®n real de sus poderes por los vencedores -la OSCE se tomar¨¢ hasta el 31 de diciembre- es el otro aspecto clave de estos comicios, cuya importancia real radica en el hecho de que muchos de los 136 ayuntamientos en disputa est¨¢n dominados ahora por gente que usurp¨® el poder durante la guerra y carecen de legitimidad.

En Bosnia, tras casi cuatro a?os de guerra despiadada, se vota por razones ¨¦tnicas, es decir por miedo. No hay libertad de movimientos ni de informaci¨®n, y el sistema electoral permite que consigan la victoria candidatos que no pertenezcan a su propio grupo ¨¦tnico.

La excepci¨®n puede ser la zona occidental de la Rep¨²blica Serbia que gravita en tomo a Banja Luka y donde la creciente popularidad de la presidenta Plavsic puede cambiar la suerte de los secuaces de Karadzic. Mostar es uno de los lugares clave. Y la decisiva Brcko (en el corredor de Posavina), que se disputan musulmanes y serbios y cuya suerte final depende del arbitraje internacional.

Lo mismo sucede con localidades donde el voto de refugiados o desplazados, es decir el de quienes fueron expulsados por sus enemigos ¨¦tnicos, puede dar un vuelco a la situaci¨®n actual y desembocar en ayuntamientos gobernados "desde el exilio". El antiguo enclave musulm¨¢n de Srebrenica es probablemente el m¨¢s simb¨®lico de todos.