El sonido del Conde Duque

Interesados por la interpretaci¨®n de La reina de las hadas por parte de la Capilla Real de Madrid, dentro del programa de Los Veranos de la Villa 97, acudimos en la noche del jueves 28 de agosto al patio central del Cuartel del Conde Duque.La disuasi¨®n de la perspectiva del fr¨ªo, que efectivamente pasamos hasta el grado del aterimiento, fue m¨¢s d¨¦bil que nuestra ilusi¨®n por ver la obra interpretada por un grupo de primera categor¨ªa que adem¨¢s iba a ejecutar la obra de Henri Purcell con los instrumentos originales de la ¨¦poca.

Vaya por delante nuestra felicitaci¨®n por este trabajo y por toda la tarea y esfuerzo que est¨¢ haciendo la Capilla Real de Madrid, y que son los primeros que no merecen en absoluto que ocurran cosas como las que detallo a continuaci¨®n.

Fue absolutamente decepcionante cuando, al comenzar a tocar la orquesta, percibimos el sonido de forma extra?a, percepci¨®n que se confirm¨® en el momento en que comenzaron las intervenciones de los int¨¦rpretes vocales. Todo el esfuerzo de preparaci¨®n de aquellas personas se ven¨ªa abajo ante el p¨²blico en un auditorio con unas condiciones ac¨²sticas p¨¦simas.

Desde una fila c¨¦ntrica y en unas butacas algo elevadas apenas nos llegaba el sonido de las notas m¨¢s agudas entonadas por las sopranos, poco de los altos, menos a¨²n de los tenores y pr¨¢cticamente nada de los bajos, ocurriendo lo mismo con la m¨²sica, de la que apenas se pod¨ªan percibir los matices.

Pens¨¢bamos qu¨¦ podr¨ªan estar oyendo los espectadores situados m¨¢s a los extremos y los de la parte m¨¢s elevada, que no debieron quedar muy satisfechos, ya que tras el descanso escuchamos los actos cuarto y quinto apenas la mitad de los espectadores, en unas condiciones que fueron empeorando, con el abandono progresivo de ¨¦stos y el consiguiente ruido, que se sum¨® al ya importante de los aviones que sobrevuelan la zona habitualmente y otro de la calle.

Toda nuestra admiraci¨®n y respeto por Oscar Gershenshon y su grupo, cuya interpretaci¨®n merece m¨¢s de las 2.200 pesetas de la entrada, y por ello arranc¨® nuestra cerrada ovaci¨®n final, pero la carencia absoluta de ac¨²stica, los ruidos de la calle y el fr¨ªo que pasamos nos hacen pensar en una escas¨ªsima profesionalidad de quien ha organizado el concierto. Por favor, tome nota el se?or concejal de Cultura del Ayuntamiento de Madrid.-