Una falsedad imp¨²dica
Mi r¨¦plica a una afirmaci¨®n vertida por Aurora Pav¨®n en las p¨¢ginas del diario El Mundo el domingo d¨ªa 7, fue publicada el jueves de forma abreviada, con seguridad debido a falta de espacio. Mi respuesta completa era la siguiente:"Se?or director: en el diario dirigido por usted se ha publicado el domingo 7 de septiembre una colaboraci¨®n firmada por Aurora Pav¨®n y titulada Aderezos de Garz¨®n para ensalada de bogavante. En ella se afirma en la ¨²ltima columna lo siguiente: 'Tras el interrogatorio a Neira, le confes¨® (Baltasar Garz¨®n): 'Me has hundido la recusaci¨®n".
Se refer¨ªa Aurora Pav¨®n a la declaraci¨®n que prest¨¦ ante el juez Baltasar Garz¨®n, el. d¨ªa 1 de septiembre, en relaci¨®n con la recusaci¨®n presentada contra el juez Javier G¨®mez de Lia?o por el asunto Sogecable.
A este respecto debo aclararle que la afirmaci¨®n vertida por Aurora Pav¨®n es falsa (a partir de aqu¨ª El Mundo ha omitido el resto de la frase que sigue a continuaci¨®n) de toda falsedad, sectaria, miserable e indecente.
En ning¨²n momento pronunci¨® ante m¨ª el juez Baltasar Garz¨®n tales palabras. No s¨¦ a qu¨¦ (nueva omisi¨®n de El Mundo: torticero) inter¨¦s responde esta afirmaci¨®n (de nuevo un ahorro de espacio y El Mundo omite el resto de la frase que sigue) fant¨¢stica, falsaria y temeraria del se?or Pablo Sebasti¨¢n".
Tras esta r¨¦plica a Pablo Sebasti¨¢n el diario' introduc¨ªa las siguientes l¨ªneas:
"Nota de la R. En relaci¨®n con el desmentido de don Jes¨²s Neira, Pablo Sebasti¨¢n quiere precisar que la frase que atribuy¨® el pasado domingo al juez Garz¨®n -'Me has hundido la recusaci¨®n'- es cierta en lo esencial, seg¨²n se lo reconfirmaron sus fuentes. Y que as¨ª lo ha reconocido el propio Neira, en fecha muy reciente, ante amigos comunes aunque, precisando, afirma Sebasti¨¢n, que las palabras exactas del juez ante un testigo (y un funcionario que pudo haber escuchado el comentario) fueron: 'Has hundido la recusaci¨®n', lo que no cambia en lo esencial el comentario de Aurora Pav¨®n sobre este detalle circunstancial".Esa "precisi¨®n" supone una pretendida contestaci¨®n a mi acusaci¨®n de falsedad rotunda y repugnante por varias razones. Primera, afirma que es "cierta en lo esencial" seg¨²n le volvieron a reconfirmar sus fuentes. Miente Pablo Sebasti¨¢n y sus fuentes manantiales. A estas alturas deber¨ªa saber que lo han convertido en un simple pe¨®n de brega en la iniquidad. Sabe que le han mentido vergonzosamente hasta el extremo en ocasiones anteriores. Segunda. Tiene la desfachatez de afirmar que yo lo he reconocido "en fecha muy reciente". El buf¨®n de Pablo Sebasti¨¢n sabe que hizo una gesti¨®n con su fuente y su manantial para que retirase de El Mundo mi escrito de rectificaci¨®n, porque sab¨ªa que era falso lo que ¨¦l hab¨ªa afirmado con mala fe. Su fuente y su manantial saben, los dos, que es absolutamente falso. No tienen, al parecer, la voluntad de decir la verdad y no poseen ni el recto juicio ni el menor aprecio por el respeto debido a los dem¨¢s. De su manantial se puede esperar cualquier cosa, pero es mucho m¨¢s doloroso que en ese juego ruin est¨¦ su fuente. Que las revele y que tengan la dignidad, el coraje y la hombr¨ªa de afirmar lo que al parecer en secretillo de vecindonas le han dicho con fin embaucador. Miente Sebasti¨¢n en sus pompas y en sus obras. Tercera. Afirma "Sebasti¨¢n precisando que las palabras exactas del juez ante un testigo... ". ?Qu¨¦ testigo? Ya no es como hab¨ªa afirmado que era, Jes¨²s Neira, sino un testigo, naturalmente uno de los tres testigos. Bonita "precisi¨®n" y buen hacer profesional de un periodista. Cuarta. "Las palabras exactas (seg¨²n Pablo Sebasti¨¢n) fueron: 'Has hundido la recusaci¨®n', lo que no cambia en lo esencial el comentario de Aurora Pav¨®n". Esta nueva falsedad acomodada al cambio de unas letras revela el objetivo torticero y repugnante de su mentira para acusar a Baltasar Garz¨®n de prevaricador. Pero ese calificativo lo puede verter, si le place, sobre quien le apetezca sin tener que utilizar a otra persona y adjudicarle una falsedad. Coincide con su mismo objetivo del mes de julio, en una llamada que me hizo para que yo le admitiese una mentira de su creaci¨®n para ponerla en boca de Baltasar Garz¨®n. Adem¨¢s de insinuar que Jes¨²s Polanco y Juan Luis Cebri¨¢n me hab¨ªan pagado o me habr¨ªan prometido esto o aquello para ser su testigo. Llamada miserable y cobarde con amenazas porque a su parecer me estaba "pasando". No se me olvida -porque ni olvido ni perdono- y le responder¨¦ con m¨²sica nada m¨¢s verle la cara a Pablo Sebasti¨¢n. Quinta. La redacci¨®n de la nota de Pablo Sebasti¨¢n, con contradicciones y patra?as, introduce otra falsedad para salvar el tipo y la desverg¨¹enza de sus fuentes y de ¨¦l mismo al decir que "un funcionario pudo haber escuchado el comentario". Cuando Baltasar Garz¨®n y yo nos saludamos no hab¨ªa ning¨²n funcionario delante.
Es todo una cadena de embustes y mezquindades propias de sabandijas. Pablo Sebasti¨¢n dice que "se trata de un detalle circunstancial". Menos mal que as¨ª es, pero no se entienden las gestiones, batallitas, llamadas de tel¨¦fono, charlas, presiones y dimes y diretes que ¨¦l mismo ha puesto en marcha si no es por el doble inter¨¦s de acusar de prevaricaci¨®n a Baltasar Garz¨®n a trav¨¦s de mi persona y a la vez situarme en disciplina cuartelera dentro de una estrategia que Pablo Sebasti¨¢n sabe que no comparto en modo alguno y que tengo la misma libertad de todos para opinar y pensar lo que me dicte mi libertad y no ning¨²n cabo de tres al cuarto obcecado y equivocado y qui¨¦n sabe si algo m¨¢s. De todo este asunto dir¨¦ lo que tenga que decir cuando lo considere oportuno, no cuando a los dem¨¢s les interese o les plazca. No calzo bota totalitaria, no comulgo con ruedas de molino, me repugna la iniquidad y la mentira. Si abraza tales razones Pablo Sebasti¨¢n all¨¢ ¨¦l, pero yo no le tolero esta falta de respeto a sus fuentes ni su propia falsedad repulsiva, sectaria e imp¨²dica propia de la canallocracia. Si ¨¦l est¨¢ en una guerra, la guerra es suya, pero no m¨ªa. No lleva raz¨®n y se comporta como un miserable que adem¨¢s de mentir pretende quedar por encima. S¨®lo le importa el fin. Pues no, ya tuvo la oportunidad de rectificar por s¨ª mismo y no lo hizo. Me reafirmo en que es una falsedad indecente, torticera, fant¨¢stica y temeraria de Pablo Sebasti¨¢n.
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