Una tumba para los espa?oles ca¨ªdos en Rusia
Los soldados que lucharon en la Divisi¨®n Azul y el Ej¨¦rcito Rojo ser¨¢n enterrados en Novgorod
S¨®lo los soldados de la Divisi¨®n 240 de la Wermacht (Ej¨¦rcito alem¨¢n), formada exclusivamente por espa?oles y conocida como Divisi¨®n Azul, ser¨¢n enterrados, de momento, en la parcela espa?ola que se inaugura hoy en el cementerio germano de Novgorod, cerca de San Petersburgo. Unos 4.500 de ellos murieron entre 1941 y 1945, sobre todo durante el cerco de la ciudad, que entonces se llamaba Leningrado. Sin embargo, aunque el objetivo del Ministerio de Defensa es dar una sepultura digna y honorable a todos los ca¨ªdos en Rusia, tendr¨¢ que pasar alg¨²n tiempo antes de que pueda ser enterrado all¨ª alg¨²n espa?ol muerto en las filas del Ej¨¦rcito Rojo.Unos 70 veteranos de la Divisi¨®n Azul, formada por el general Francisco Franco tras la guerra civil espa?ola como una especie de compensaci¨®n a Alemania por no sumarse a las fuerzas del Eje, asistir¨¢n en el camposanto de Novgorod a la inauguraci¨®n de un monumento en homenaje a los muertos espa?oles de los dos bandos en los campos de batalla rusos y, fundamentalmente, en la batalla de Leningrado. La delegaci¨®n oficial espa?ola estar¨¢ presidida por el director de la DIAPER del Mando de Personal del Ej¨¦rcito, el general de divisi¨®n Jos¨¦ Colldefors Valc¨¢rcel.
Hoy mismo comenzar¨¢n a enterrarse en la parcela espa?ola los primeros cad¨¢veres procedentes de los cercanos cementerios de Grigorovo (226), Sitno (26), Tschsechullno (40) y Smoche (1). Cuando termine el proceso, que puede durar a?os, se calcula que se habr¨¢n inhumado los restos de unos 3.000 soldados, la inmensa mayor¨ªa de ellos de la Divisi¨®n Azul.
Hay, algunas razones objetivas que explican este desequilibrio. En primer lugar, la aportaci¨®n en vidas a cada uno de los dos bandos fue muy desigual en el frente ruso durante la II Guerra Mundial. S¨®lo 735 espa?oles, que se se sepa, combatieron en el Ej¨¦rcito Rojo, entre los que hubo 187 muertos y 20 desaparecidos. En los libros con la relaci¨®n de los nueve millones de soldados sovi¨¦ticos muertos durante la contienda, que se conservan en el complejo monumental del parque de la Victoria, al final de la avenida moscovita de Kutuzovski, parece que s¨®lo hay identificados siete con sus nombres y apellidos.
Muchos de estos combatientes luchaban como guerrilleros tras las filas enemigas y su pista se perdi¨® tras su muerte. Otros fueron enterrados sin indicaci¨®n de nacionalidad y como simples ciudadanos sovi¨¦ticos. En la Embajada espa?ola s¨®lo se tiene noticia de la localizaci¨®n e identificaci¨®n de dos soldados de las fuerzas de la URSS actualmente enterrados, e incluso honrados con un monumento, en el cementerio de Smolensk, a unos 300 kil¨®metros de Mosc¨².
Sin embargo, Antonio Garc¨ªa Cano, un octogenario que se ocupa en el Centro Espa?ol de todo lo relativo a los veteranos, asegura que dispone de datos muy precisos acerca de d¨®nde est¨¢n enterrados 20 espa?oles, seg¨²n la documentaci¨®n que elaboraron en su d¨ªa los comisarios de guerra. Se hallan muy esparcidos, se?ala, algunos incluso fuera de Rusia -en Polonia, la antigua Checoslovaquia y Hungr¨ªa, por ejemplo- y la mayor¨ªa en zonas tan alejadas la una de la otra como el C¨¢ucaso, los alrededores de Mosc¨² y la regi¨®n de Leningrado.
De hecho, 60 espa?oles murieron como consecuencia del cerco de esta ciudad, la antigua capital imperial, fundada por Pedro el Grande y cuna de la revoluci¨®n bolchevique. La mayor¨ªa eran guerrilleros o miembros de las milicias populares. A unos 100 kil¨®metros al suroeste de la ciudad se erigi¨® un monumento en su memoria.
El Centro Espa?ol y, de manera muy especial, Garc¨ªa Cano est¨¢n empe?ados en que Espa?a financie un monumento en el parque de la Victoria para el que el Ayuntamiento de Mosc¨² incluso ha cedido ya un terreno. Seg¨²n este veterano aviador de la guerra de Espa?a, en la que particip¨® en unas 200 misiones y tuvo que saltar una vez en paraca¨ªdas, y de la mundial, en la que combati¨® 1.000 veces a los cazas alemanes en los cielos de Stalingrado y Kurs, el entonces presidente del Gobierno, Felipe Gonz¨¢lez, le asegur¨® en 1995 que hab¨ªa ya una asignaci¨®n presupuestaria de nueve millones para el monumento.
La realidad es que la operaci¨®n no se concret¨® durante la Administraci¨®n, socialista y que tampoco acaba de fructificar con la del Partido Popular. Perdida ya casi toda la esperanza, Garc¨ªa Cano conf¨ªa ahora en que haya financiaci¨®n rusa para que, finalmente, "se eternice el recuerdo de los espa?oles que cayeron para defender al mundo de la agresi¨®n alemana".
Tal vez consiga tambi¨¦n que alg¨²n d¨ªa se entierre en el cementerio de Novgorod los restos de alguno de los seis compatriotas de su grupo de combate que cayeron durante la guerra. Eso ser¨ªa para ¨¦l mayor satisfacci¨®n probablemente que cuando iba sumando cruces, hasta ocho, para marcar los aviones alemanes derribados.
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