"Los ordenadores son demasiado complejos"
Michael Dertouzos, director del laboratorio inform¨¢tico del Instituto de Tecnolog¨ªa de Massachusetts (MIT, siglas en ingl¨¦s), est¨¢ en contra de los ordenadores personales. "Te dan ganas de utilizarlos como anclas de barco", afirma. "La gente deber¨ªa sublevarse realmente. Creo que deber¨ªamos tomar las armas".Dertouzos, de 60 a?os, no compra ordenadores en oferta ni se sienta durante 20 minutos a la espera de asistencia t¨¦cnica para ayudarle a averiguar c¨®mo conectar su nueva impresora. Durante m¨¢s de 20 a?os ha dirigido el laboratorio del MIT, que en la actualidad emplea a alrededor de 500 personas. Muchas, si no la mayor¨ªa, de las personas que crearon Internet y los ordenadores y programas de hoy salieron de este laboratorio. En esencia, afirma Dertouzos, el ordenador personal es simplemente demasiado complicado:
- Tiene demasiadas aplicaciones, y demasiado pocas de las que el usuario desea en un momento dado.
- Hay demasiado que aprender. Dertouzos afirma que los manuales para los programas de su ordenador de mesa son tan extensos como todos los vol¨²menes de la Enciclopedia: Brit¨¢nica.
- A menudo, las m¨¢quinas toman el mando haciendo caso omiso del deseo del usuario. Dertouzos pone como ejemplo verse forzado a aceptar una mejora que consume un mont¨®n de tiempo de un programa para reservar billetes de avi¨®n por Internet, cuando lo que quer¨ªa realmente era realizar una reserva urgente.
- Se dedican esfuerzos enormes de programaci¨®n y, por ejemplo, tratamientos de texto cada vez mayores en tama?o para mejoras triviales en la apariencia o en la presentaci¨®n.
Llamar al ordenador actual "amigo del usuario" por su elecci¨®n sin l¨ªmites de tipos de letra y configuraciones de pantalla, dice Dertouzos, "equivale a vestir a un chimpanc¨¦ con un traje verde de m¨¦dico y presentarlo en serio como cirujano". Y no es el ¨²nico.
"Los ordenadores personales siempre han sido aparatos p¨¦simos", afirma Paul Saffo, antiguo alumno de Dertouzos. Con el tiempo, se?ala, se han vuelto m¨¢s potentes, pero no mejores.
Leonard Kleinrock, otro experto que, desde hace mucho tiem-po, es amigo de Dertouzos, acu?¨® hace a?os el t¨¦rmino choque de contenidos para describir lo que ocurre cuando la gente adquiere nuevos ordenadores repletos de cosas que nunca quisieron.
Incluso Jonathan Roberts, director de gesti¨®n de producto de Windows en Microsoft, que podr¨ªa decirse es la fuente de algunas de as complicaciones que deploran Dertouzos y otros, se disculpa. La principal queja que recae sobre Microsoft, afirma Roberts, es que "tienes algo que funciona y luego instalas otra cosa y lo que ten¨ªas no funciona".
Las amargas observaciones de Dertouzos son particularmente sorprendentes ya que es el perfecto optimista tecnol¨®gico. Aunque critica los ordenadores, a Dertouzos le gusta se?alar las nuevas y maravillosas cosas que hacen estas m¨¢quinas, como permitir a los usuarios viajar por la telara?a mundial. Y cuando se queja del triste estado actual la cr¨ªtica es s¨®lo un preludio de lo bueno que ser¨¢ el futuro.
Mientras que Kleinrock se apresura a decir que "todo lo que hace Microsoft empeora las cosas", Dertouzos se centra en el hecho de que la industria est¨¢ dando sus primeros pasos. Otro problema que contempla es que a los ingenieros y programadores les encanta a?adir nuevas caracter¨ªsticas y posibilidades aqu¨ª y all¨¢. Roberts, de Microsoft, admite que "resulta mucho m¨¢s dif¨ªcil hacer m¨¢s f¨¢cil lo cotidiano que a?adir una nueva aplicaci¨®n". Pero las nuevas aplicaciones venden, se?ala Dertouzos. El mercado, en forma de consumidor, compra accesorios vistosos pero in¨²tiles. "Somos los culpables de ello", reconoce Dertouzos.
Tambi¨¦n, dice Saffo, "somos co-conspiradores involuntarios" dentro de un sistema en el que productos probados de forma deficiente son lanzados al mercado para que sean los compradores quienes los prueben.
La respuesta, afirm¨® Dertouzos, es que los consumidores deben pedir ordenadores sencillos y utilizables que funcionen m¨¢s como coches que como proyectos cient¨ªficos. Arrancar y conducir. Nadie comprar¨ªa una peque?a camioneta que tuviera un manual de instrucciones de 600 p¨¢ginas para saber c¨®mo conducirla. ?Por qu¨¦ lo hace la gente con los ordenadores?
Una forma de lograr la sencillez es olvidar m¨¢s lo que hace un ordenador de forma que, por ejemplo, un usuario pueda hacerle preguntas en lenguaje corriente. En MIT, un sistema llamado Galaxy, que est¨¢ siendo desarrollado por un equipo bajo las ¨®rdenes del director asociado del laboratorio V¨ªctor Zue, puede responder a preguntas que se le plantean sobre el estado del tiempo, reservas de billetes de avi¨®n y de restaurantes en lugares particulares.
Otro planteamiento sugerido por Dertouzos es dejar a los usuarios adaptar los ordenadores a su medida, permiti¨¦ndoles convertirse en programadores. Desde luego, hay que simplificar el m¨¦todo de programaci¨®n, o, si no, las cosas empeorar¨¢n en vez de mejorar.
La sencillez es un poco como la fidelidad matrimonial, en el sentido de que todo el mundo est¨¢ a favor de ella en principio, pero la pr¨¢ctica es diferente. Por ejemplo, Microsoft, afirma Roberts, se ha apuntado al carro de la sencillez. En la nueva versi¨®n de Windows habr¨¢ una aplicaci¨®n llamada on now (encendido inmediato). Pero otra de las pretendidas mejoras que Roberts mencion¨® parece ir directamente en contra de las ideas de Dertouzos. Los usuarios podr¨¢n decir "d¨®nde se instal¨® un archivo". La opini¨®n de Dertouzos es que los usuarios ni siquiera quieren conocer palabras como archivo o instalar. Dertouzos ha preparado a mucha gente que ha hecho que los ordenadores actuales sean lo que son, afirma Saffo. "Criticar el trabajo de los alumnos es una prerrogativa de los profesores", se?al¨®. "Est¨¢ interpretando exactamente el papel que debe interpretar".
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