DE CARCELERA...A PRESIDIARIA

Flavia Verardi Pignanelli, una italiana de 45 a?os, ha pasado de directora de prisi¨®n a reclusa en el breve plazo de 48 horas. Verardi se enfrenta a un proceso acusada por el fiscal de Imperia (Liguria), en el noroeste de Italia, de mantener relaciones sexuales con los intemos de la c¨¢rcel local que estaba a su cargo desde 1992. La historia tiene todos los ingredientes de los dramas maflosos. La acusaci¨®n parte de un arrepentido, Donato-Pigheti, antiguo interno, al que secundan otros dos reclusos, y no puede ser m¨¢s expl¨ªcita. La directora, asegura, se acostaba con los presos m¨¢s de su agrado y a cambio les daba un trato de favor. El dedo acusador apunta al cocinero como el principal objeto de la atenci¨®n de Flavia Verardi y el arrepentido Pigheti insiste en que los encuentros amorosos se produc¨ªan en la cocina, en la lavander¨ªa y en la celda del susodicho. Ella lo niega todo y se lamenta de ser v¨ªctima de una venganza miserable. "Me he limitado a apoyar a los presos m¨¢s d¨¦biles", dice. Y en la cocina, aclara, s¨®lo convers¨¢bamos. De momento, el juez instructor del caso ha ordenado la prisi¨®n domiciliaria para Verardi y su hijo de tres a?os y medio, en tanto se desarrollan los interrogatorios. La funcionaria fue trasladada en 1992 de la c¨¢rcel de Cremona a Imperia tras un esc¨¢ndalo similar que dio paso a un proceso del que sali¨® absuelta.-