Una broma con delito
El Gobierno franc¨¦s quiere castigar con seis meses de prisi¨®n las novatadas vejatorias
Detr¨¢s de los carnavalescos desfiles de estudiantes enharinados, con la cabeza empapada en ket-chup, en huevo o en aceite, detr¨¢s de los grupos de j¨®venes que venden paquetes de papel higi¨¦nico en los bulevares o en las estaciones de metro ante la divertida mirada de los transe¨²ntes, hay muchas veces un juego perverso de sometimientos, angustias y torturas. La costumbre del bizutage -la novatada tan extendida en Francia, aunque, al parecer, de procedencia espa?ola- ofrece todos los a?os relatos espeluznantes de humillaciones y violencias f¨ªsicas y ps¨ªquicas que trascienden en raz¨®n de su gravedad intr¨ªnseca pese a la ley del silencio impuesta por los alumnos veteranos y a la pusilanimidad de no pocos directores de centros escolares.El ¨²ltimo episodio conocido de estas pr¨¢cticas, que han empezado a extenderse tambi¨¦n en la ense?anza secundaria francesa, es la violaci¨®n de una adolescente de 16 a?os cometida en grupo por alumnos del liceo polivalente de Villiers-Saint Fr¨¦d¨¦ric (Ivelines).
Decidido a poner coto a las vejaciones y abusos de las novatadas, un prop¨®sito al que ya se aplicaban en 1928 los responsables de Educaci¨®n del Gobierno franc¨¦s, el Gabinete del socialista Lionel Jospin ha decidido castigar con seis meses de prisi¨®n y 50.000 francos de multa (al cambio, cerca de 1.250.000 pesetas) aquellas novatadas que supongan un atentado a la dignidad -de las personas. El castigo ser¨¢ incluso mayor en los casos en que las imposiciones, presiones y ataques a la dignidad sean cometidos contra "personas particularmente vulnerables".
La novedad d¨¦ esta decisi¨®n, incluida en el proyecto de ley de lucha contra la delincuencia sexual, no reside s¨®lo en el aumento considerable de las penas, sino tambi¨¦n en la facultad para intervenir judicialmente sin necesidad de contar con la denuncia previa del estudiante v¨ªctima de vejaciones.
Las asociaciones francesas de lucha contra las novatadas reclaman adem¨¢s que cada rectorado disponga de profesionales para la atenci¨®n psicol¨®gica y jur¨ªdica a los estudiantes maltratados.
Los intentos de los sucesivos gobiernos franceses por hacer que estas costumbres deriven hacia un terreno pur¨¢mente festivo y voluntario, sin agresiones de ninguna clase, han tenido un eco s¨®lo relativo y no han impedido, desde luego, la repetici¨®n de sus manifestaciones m¨¢s brutales.
En sentido estricto, tal y como se ejerce en aquellos centros en los que este rito inici¨¢tico est¨¢ m¨¢s consolidado, el bizutage -de bizut, novato- no consiste en una prueba aislada, ni est¨¢ temporalmente limitada a las primeras 24 horas. de estancia del alumno. Es un periodo que dura semanas y hasta meses, en el que los novatos son sometidos por sus compa?eros veteranos a un conjunto de experiencias penosas y humillantes que acostumbran a acabar con una te¨®rica oportunidad de revancha y una "fiesta de admisi¨®n y reconcili¨¢ci¨®n".
Aunque el programa depende de cada centro y puede modificarse cada a?o, las representaciones burlescas, donde los pipiolos desempe?an siempre el papel de v¨ªctimas, van acompa?adas por las de connotaciones sexuales -el juego del pl¨¢tano, la simulaci¨®n de felaciones, los striptease- y por el sometimiento mismo a la fuerza f¨ªsica, con una s¨ªmbologia gener almente militar.
La experiencia muestra que bajo la coartada de la tradici¨®n, bajo la teatralidad de los actos, hay pulsiones perversas que, animadas a veces por el alcohol, aprovechan la oportunidad para manifestarse crudamente.
El problema es que muchos adolescentes y j¨®venes estudiantes no soportan esta primera experiencia violenta de sometimiento al grupo y que el encuentro con sus compa?eros de carrera supone un peque?o infierno marcado por la humillaci¨®n y la p¨¦rdida de la autoestima.
En muchos centros, la resistencia, el rechazo y la denuncia de esas pr¨¢cticas se castiga con una condena permanente al ostracismo. Ahora se trata de evitar que septiembre siga siendo para ellos un mes temido, un mes maldito.
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