Locura colectiva

( ... ) La semana que empez¨® con furia incontenible contra los paparazzi -por perseguir a Diana- termin¨® con una desatada indignaci¨®n hacia la reina y la familia real, por no llorar con suficiente desconsuelo a Diana. (...)Resulta deprimente ver la facilidad con que se puede arrastrar a toda una opini¨®n p¨²blica. ( ... ) Ello cuestiona para algunos la misma esencia de la democracia. A fin de cuentas, ¨¦sta presupone una ciudadan¨ªa con cierta independencia de criterio y alguna contenci¨®n intelectual y emotiva. Pero estas premisas han de ponerse en duda tras haber asistido a una verdadera histeria colectiva, alimentada por los medios de comunicaci¨®n. ( ... )Sin embargo, la democracia sobrevive. ( ... ) ?C¨®mo? Aqu¨ª est¨¢ la gran iron¨ªa: el efecto tranquilizante e hipnotizador de una cultura saturada por la prensa es, en ¨²ltima instancia, fuente de estabilidad pol¨ªtica. Los polit¨®logos han buscado otras explicaciones, sin valorar el papel de la cultura de masas. Hasta las ¨²ltimas d¨¦cadas, la historia nunca hab¨ªa conocido un mundo tan dominado por los medios de comunicaci¨®n. ( ... ) Un p¨²blico tan hechizado por los vestidos de lady Di ( ... ) tiene poco tiempo y pocas energ¨ªas para una revuelta o una guerra.

El abandono de sensibilidad e inquietudes por parte de los ciudadanos ante los medios nunca se hizo m¨¢s evidente que durante la convulsi¨®n Diana. ( ... )

22 de septiembre