Falsa simetr¨ªa

LOS JUECES de la Audiencia Nacional Javier G¨®mez de Lia?o y Baltasar Garz¨®n deber¨¢n prestar declaraci¨®n esta semana, en condici¨®n de imputados, ante el juez del Supremo que investiga la trama que rodea el caso Sogecable y la actuaci¨®n de ambos magistrados en relaci¨®n con ella. Esa comparecencia es consecuencia de la denuncia presentada por el fiscal general, Jes¨²s Cardenal, que reclam¨® del Supremo la investigaci¨®n de hasta seis posibles delitos en los que podr¨ªan haber incurrido los jueces. As¨ª, entre. la investigaci¨®n reclamada por el Consejo del Poder Judicial y la efectivamente emprendida por el Supremo se habr¨ªa producido, a instancias del fiscal general, un significativo cambio de orientaci¨®n: lo que iba a ser indagaci¨®n de la eventual participaci¨®n de Lia?o en una trama contra PRISA se convierte en investigaci¨®n simult¨¢nea de la posible conspiraci¨®n y de quien confirma su existencia.Al establecer que podr¨ªa haber delitos por ambas partes, el fiscal general se sit¨²a en una posici¨®n de aparente imparcialidad. Pero es la suya una imparcialidad asim¨¦trica: pone en el mismo plano los indicios de delito que se desprenden de la actuaci¨®n de Lia?o -varios y graves- y los eventuales delitos que habr¨ªa cometido Garz¨®n por no denunciar con anterioridad la existencia de esa trama. Pero ello se hace sin ninguna investigaci¨®n previa que establezca si hay o no fundamento para dudar de lo afirmado por Garz¨®n. No es una actuaci¨®n l¨®gica.

Tampoco tiene l¨®gica reprochar a Garz¨®n no haber advertido de entrada que el conocimiento extraprocesal que ten¨ªa del asunto le incapacitaba para resolver la recusaci¨®n planteada.. El auto de la Sala de Gobierno de la Audiencia Nacional que acept¨® la abstenci¨®n solicitada por Garz¨®n reconoce que la cuesti¨®n s¨®lo se activa cuando el juez advierte que existen contradicciones entre lo que determinados testigos declaran ante ¨¦l y lo que esos mismos testigos le han transmitido extraprocesalmente. Seg¨²n los que acusan a Garz¨®n de beligerancia contra su colega y antiguo amigo, ?qu¨¦ ten¨ªa que haber hecho? ?Callar y disimular? ?No era m¨¢s honesto advertir de su conocimiento de esas informaciones y solicitar en funci¨®n de ello la abstenci¨®n?

La falsa simetr¨ªa del fiscal general favorece a G¨®mez de Lia?o al situar el problema en t¨¦rminos de palabra contra palabra y en un contexto que viene a indicar que todos los jueces, o al menos estos dos, son iguales: es decir, poco de fiar. Pero los indicios contra Lia?o no derivan s¨®lo del auto de Garz¨®n, sino de los hechos: de una instrucci¨®n del caso Sogecable que se ha revelado coherente con los fines de la supuesta conspiraci¨®n, y que ha sido objeto de la desautorizaci¨®n expresa, por arbitraria, de los tribunales competentes en los seis recursos hasta el momento resueltos. Se entiende que Jes¨²s Cardenal quiera hurtar el cuerpo en un asunto del que saltan chispas, pero hacerlo repartiendo hip¨®tesis de culpabilidad a voleo no es imitar al sabio Salom¨®n sino al pusil¨¢nime Pilatos.