Banalidades
Aunque el portavoz del Gobierno recurra a su m¨¢s que probada falta de sentido del rid¨ªculo cada vez que intenta acceder al sentido del humor, la profanaci¨®n de la tumba de Joan Fuster no es un incidente anecd¨®tico, como no lo fue la contestaci¨®n a Raimon y a Sacrist¨¢n. La profanaci¨®n secunda t¨¢cticamente el esc¨¢ndalo de Madrid, aunque su sordidez s¨®lo pueda ser explicada dentro del contexto cainita que el PP y el conjunto de la derecha valenciana pol¨ªtica, cultural y medi¨¢tica han conseguido crear en su Reino de Valencia. La uni¨®n entre derechas resentidas por el fracaso del 23-F, derechas democr¨¢ticas con complejo de usurpaci¨®n de identidad y regionalistas con s¨ªndrome de castrador colonialismo catal¨¢n ha compuesto un foro bufo donde los disparates filol¨®gicos s¨®lo son superados por las peores impunidades l¨®gicas.Que el PP heredero del blaverismo creado por Abril Martorell para dinamitar cualquier. posible imaginario del pancatalanismo traicione su voluntad de partido de centro derecha, haciendo el juego a una pol¨ªtica regionalista jur¨¢sica, ha dado como resultado un cl¨ªmax en el que la profanaci¨®n de una tumba suena a segundo anuncio de noche de los cristales rotos; el primero se produjo en Madrid, la noche en que Raimon fue silbado por cantar en catal¨¢n y Sacrist¨¢n por comunista o por recitar a uno de los mejores escritores del siglo, Bertolt Brecht. Los m¨¢s sectarios intelectuales org¨¢nicos del PP banalizan los s¨ªntomas, y cuando no minimizan la pitada a Raimon, deslegitiman a Brecht para poner en entredicho a Sacrist¨¢n, como si los culpables de lo ocurrido fueran Raimon, Sacrist¨¢n, Brecht y finalmente Fuster. Tienen alma de funcionarios del Ministerio de Informaci¨®n y Turismo; de aquellos censores que re?¨ªan al censurado: "?Ha visto usted qu¨¦ cosas me obligan a hacer?".
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