Viktor E. Frankl 'in mem¨®riam'
En la nota necrol¨®gica aparecida con motivo del fallecimiento de Viktor E. Frankl se obviaba su paso por el terrible campo de exterminio nazi de Auschwitz, donde murieron sus padres, su hermano y su esposa. Hasta qu¨¦ punto su estancia en aquel infierno fue decisiva para el nacimiento de la logoterapia no lo sabremos nunca, pero lo que s¨ª es seguro es que dej¨® en ¨¦l, como en tantos otros, una huella imborrable. El doctor Frankl, quien gustaba m¨¢s de llamarse psicoterapeuta que psicoanalista, dec¨ªa que "la logoterapia considera que es su cometido ayudar al paciente a encontrar el sentido de su vida".Es uno mismo, dice Frankl, quien tiene que encontrar un significado que satisfaga su propia voluntad de sentido. As¨ª, el hombre, aun en las circunstancias m¨¢s adversas, debe luchar por salvaguardar su libertad interior y su capacidad de decidir su propio camino.Sus experiencias en Auschwitz las reflej¨® el doctor Frankl en un impresionante libro, tal vez -junto a los de Primo Levi y Jorge Sempr¨²n- de lo mejor que se haya escrito sobre la vida concentracionaria durante el nazismo, titulado significativamente El hombre en busca de sentido. En sus p¨¢ginas puede leerse: "Al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la ¨²ltima de las libertades, humanas: la elecci¨®n de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias para decidir su propio camino". En aquellas condiciones infrahumanas, despu¨¦s de que su mujer muriera en las c¨¢maras de gas, Viktor Frankl comprendi¨®, al evocarla ignorando incluso si viv¨ªa o hab¨ªa muerto, "la verdad de que el amor es la meta ¨²ltiriPa y m¨¢s alta a que puede aspirar el hombre". Descanse, pues, en paz-
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