Adosados a un basurero
El asentamiento chabolista de Ca?ada Real cumple ma?ana tres a?os y medio de existencia. Las 56 familias que all¨ª malviven no tienen ning¨²n motivo para celebrarlo. A finales de abril de 1994, el Ayuntamiento de Madrid derrib¨® las casetas donde viv¨ªan estas familias en San Blas y las confin¨® en la Ca?ada Real, a escasos metros del vertedero de Valdeming¨®mez.La situaci¨®n en la que viven estas familias es deplorable. Un informe sanitario elaborado por t¨¦cnicos del municipio de Rivas Vaciamadrid concluy¨® que la situaci¨®n en el poblado era "nauseabunda".
Los ni?os ten¨ªan el cuerpo lleno de sarpullidos y picaduras. El paisaje que les rodeaba era "espeluznante". As¨ª los describi¨® Julia Gonz¨¢lez D¨ªez (concejal de Salud en Rivas): "La contaminaci¨®n qu¨ªmica y la producci¨®n de olores putrefactos, de la incineradora y de los vertederos ubicados junto al poblado, dan un aspecto desolador y t¨¦trico al lugar, perfectos decorados para una pel¨ªcula sobre la degradaci¨®n humana".
Este pavoroso cuadro, "una verg¨¹enza para todos", seg¨²n dijo la consejera de Sanidad, Rosa Posada, ha llegado hasta el Consejo de Europa, organismo que tiene entre sus cometidos velar por el respeto de los derechos humanos.
Tres de sus miembros visitaron la Ca?ada Real para elaborar un informe. "Se fueron escandalizados", dijo la asociaci¨®n Presencia Gitana.
El Ayuntamiento de Madrid se ha comprometido en m¨²ltiples ocasiones a desmantelar el poblado y realojar a todas las familias.
Hace dos meses, el primer teniente de alcalde, Jos¨¦ Ignacio Echeverr¨ªa, anunci¨® la construcci¨®n de un nuevo poblado para estas familias a finales de 1997 situado en pleno campo, junto a la carretera de Valencia.
Asegur¨® entonces que el municipio ya dispon¨ªa de los terrenos necesarios para construir las nuevas casas.
Pero las familias afectadas, entre las que hay gente muy necesitada, a¨²n no saben nada. Desconf¨ªan de la en¨¦sima promesa municipal. Ayer segu¨ªan sin agua corriente en sus chabolas y con luz de enganches clandestinos. Apuntalaban el techo para enfrentarse a la lluvia.
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