Personas, no clientes

Todos los a?os realizo varios viajes en coche a Montpellier (Francia) por motivos familiares: unos mil kil¨®metros desde Madrid. Es una verdadera paliza hacer el viaje en un solo d¨ªa a velocidades legales, as¨ª como un gasto considerable en peajes. No me queda otra opci¨®n que pagarlos, pues tengo un ni?o de dos a?os y los servicios que me ofrecen las carreteras nacionales de ambos pa¨ªses son inexistentes seg¨²n qu¨¦ horas y qu¨¦ d¨ªas.Busco alternativas. En avi¨®n no es posible, pues ninguna compa?¨ªa hace ese trayecto desde Madrid y tienes que volar a otra ciudad y tomar otro avi¨®n u otro medio de transporte. Adem¨¢s, es much¨ªsimo m¨¢s caro, pues se trata de dos billetes y medio.

En tren es posible, pero complicado. No puedes montar el coche porque Renfe ofrece esa posibilidad s¨®lo en unos pocos trayectos, y no es el caso. Entonces tienes que alquilar uno en Francia: m¨¢s gastos. No puedes facturar nada de equipaje porque Renfe tuvo la delicadeza de eliminar Paquexpres. Olv¨ªdate de la sillita del ni?o, del triciclo, de buena parte del equipaje (no somos superpap¨¢s) y de la bicicleta, porque tienes que llevarla desmontada casi por completo y metida en unas bolsas especiales.

No hay alternativa; no hay elecci¨®n. Estoy obligado por narices a jugarme la vida en una carretera de peaje que el Estado tiene obligaci¨®n de procurarme gratis porque la pago de mis impuestos.

Y entonces es cuando llego a la conclusi¨®n de que la preocupaci¨®n del Gobierno por los accidentes de tr¨¢fico no es m¨¢s que una parodia, una postura para mantener el ingente negocio que proporciona el mundo del autom¨®vil. Si de verdad quieren acabar con esta masacre que fomenten alternativas eficaces de transporte, aunque no sean rentables.

Los ciudadanos somos personas, no clientes.-