Entre el underground y el aburrimiento
La habilidad de los norteamericanos para la propaganda les ha llevado a batir su propio r¨¦cord con Oculto en la memoria. Han lanzado este producto tan minoritario como discutible a la sombra de una breve escena er¨®tica entre la actriz francesa Beatrice Dalle, nada conocida fuera de su pa¨ªs, y la modelo alemana Claudia Schiffer, que hace una breve aparici¨®n ante la c¨¢mara, pero luego la han cortado. Presentada en el Festival de Cannes sin esa famosa escena, para dar mayor fuerza a su lanzamiento se dijo que en Europa se exhibir¨ªa con ella, pero en Espa?a se ha estrenado sin esas im¨¢genes, correspondientes a uno de los sue?os del protagonista.En cualquier caso, con esas im¨¢genes de Beatrice Dalle y Claudia Schiffer acarici¨¢ndose o sin ellas, la realidad es que Oculto en la memoria es uno de los menos interesantes trabajos de Abel Ferrara, que desde hace unos a?os y gracias a la calidad y el ¨¦xito alcanzado por sus ¨²ltimas pel¨ªculas, entre las que destaca especialmente El funeral (1996), ha conseguido convertirse en el nuevo ni?o prodigio del cine independiente norteamericano.
The Blackout
Director: Abel Ferrara. Guionistas: Marla Hanson, Christ Zois, Abel Ferrara. Fotografia: Ken Kelsch. M¨²sica: Joe Delia. Estados Unidos, 1997. Int¨¦pretes: Matthew Modine, Claudia Schiffer, Beatrice Dalle, Dennis Hopper, Sarali Lassez. Estreno en Madrid: Palacio de la Prensa, Bristol, Vergara, Ciudad Lineal, Victoria, La Vaguada, Liceo, Albufera, Ideal (subtitulada).
Con Oculto en la memoria, Abel Ferrara parece querer volver a este cine tan cercano a ¨¦l, que permanece m¨¢s o menos latente en las 12 pel¨ªculas que ha realizado desde que en 1979 debut¨® como realizador profesional a este terreno entre el underground y el cine independiente en el que se encuentra tan a su gusto, pero en esta ocasi¨®n las cosas no le han salido como pretend¨ªa.
T¨¦cnica de v¨ªdeo
La historia del famoso actor, que se mueve entre su incapacidad de amar a una morena y una rubia hasta caer en el alcoholismo, est¨¢ contada con bellas im¨¢genes, dentro de un estilo muy peculiar, a base de t¨¦cnicas de v¨ªdeo, c¨¢mara a mano y sobreimpresiones, pero en unas escenas demasiado largas.Da la impresi¨®n de que en su juego con el tiempo narrativo Ferrara ha intentado alargarlo hasta lo imposible, pero el resultado no es un enriquecimiento visual de la historia, como pretend¨ªa, sino una excesiva desdramatizaci¨®n hasta el extremo de dejar de interesar lo que cuenta, resultar demasiado ligera para su intenso contenido.
En este nuevo descenso a los infiernos, en esta ocasi¨®n, al del alcohol, un tema que le interesa mucho y que ha repetido en m¨¢s de una pel¨ªcula, Ferrara se aproxima m¨¢s a un moderno videoclip de alcoh¨®licos an¨®nimos que a una pel¨ªcula de hondo contenido dram¨¢tico. A pesar de que Matthew Modina, el aut¨¦ntico protagonista, est¨¢ espl¨¦ndido, y Beatrice Dalle y Claudia Schiffer se limitan a soportar sus borracheras, mientras Dennis Hopper revolotea a su alrededor con uno de sus caracter¨ªsticos n¨²meros, en esta ocasi¨®n de sofisticado director de modernos v¨ªdeos.
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